María Ángeles López de Celis, la que
fuera secretaria de varios presidentes del Gobierno, decidió como
ciudadana recoger en un libro los casos de corrupción como
denuncia de algo que ha recorrido todas las etapas de la democracia.
Alrededor de 800 cargos
públicos y políticos están imputados en casos de corrupción y, de ellos,
unos 100 se presentaron en las listas en las últimas
convocatorias electorales y, así, cada día se abre en la
realidad un nuevo capítulo de la famosa película "Atraco a las tres".
De este modo se pronuncia, en una entrevista, María Ángeles López de Celis,
la autora de "Los presidentes en zapatillas" que ahora acaba de
publicar su segundo libro bajo el título "El síndrome de Alí
Babá" (De cómo corruptos y sinvergüenzas acaban yéndose de rositas)".
"En España los corruptos no pagan por sus desafueros"Cuenta la que fuera secretaria de varios presidentes del Gobierno que, "irritada" porque en una situación de crisis seguía habiendo gente "metiendo mano en el cajón", decidió como ciudadana de a pie recoger en un libro los casos de corrupción como denuncia de algo que ha recorrido todas las etapas de la democracia.
Para "desdramatizar" el asunto, ha decidido abordarlo con un toque de "humor" y quiere especialmente agradecer a los periodistas su trabajo porque, sin ellos, el libro no hubiera sido posible.
A las "buenas gentes", a esos hombres y mujeres que se sienten desamparados ante la amenaza real del desempleo y a los jóvenes que no encuentran su camino hacia la realización personal y profesional ha dedicado López de Celis este libro.
Más de 4.000 millones de euros "se han ahogado en la charca de la corrupción en menos de diez años", según algunos cálculos manejados por la autora, quien repasa en su libro casos como el aceite de colza, la financiación ilegal de los partidos en los casos Filesa y Naseiro y los casos de Mariano Rubio, Juan Roldán y Juan Guerra.
No ha olvidado la máxima actualidad en la corrupción y también incluye el caso Gürtel, el de Palma Arena o los EREs de Andalucía.
Reconoce que las tentaciones, la avaricia y la codicia forman parte de naturaleza humana, pero "hay que controlarlo", enfatiza la autora antes de afirmar que en España los corruptos "no pagan por sus desafueros".
López de Celis no deja títere con cabeza y no salva a ningún partido de las garras de la corrupción, algo "nefasto" para una sociedad a la que "se le van por esa alcantarilla muchos recursos".
"En la corrupción, como el déficit público, "no hay índice cero" porque siempre habrá alguien que "se deje tentar"Según ella, al PSOE se le castiga más cuando alguno de sus miembros se ve implicado en algún caso, ya que las personas que "enarbolan la bandera de la libertad y de la honestidad, no pueden admitir en sus filas a procesados".
En cambio, el sufragio del PP es más "disciplinado" y los simpatizantes y afiliados suelen responder a la llamada al voto de sus dirigentes, lo que no quiere decir que acepten la corrupción.
La autora cifra en 800 el número de cargos imputados, una cantidad que "no se tiene en pie". "En un país donde estamos pasando estos momentos tan críticos, no es posible encima premiar a la gente que ha jurado por su conciencia y honor poner por encima los intereses de España", apostilla.
No ha tenido tiempo de incluir el caso Urdangarin en su libro, solo una breve cita, pero López de Celis cree que aunque el yerno del rey no sea condenado, "su honorabilidad ha quedado en entredicho". "Ha hecho un daño irreparable a la Casa Real; es una persona que ya no cuenta con el respeto de los españoles", subraya.
Considera que en la corrupción, como el déficit público, "no hay índice cero" porque siempre habrá alguien que "se deje tentar".
De todos modos, aboga por reducir los casos a niveles "tolerables", para lo que, en su opinión, es necesario hacer hincapié en la educación para inculcar a los niños los valores del "honor, la moral, la vergüenza y el espíritu de sacrificio".
Propone también poner coto a situaciones como la financiación "turbia" de los partidos o el retraso del Tribunal de Cuentas en la fiscalización de las fuerzas políticas, pero sobre todo cree imprescindible la independencia "total y absoluta" del poder judicial para que estos casos no queden inmunes.
A los corruptos hay que "aislarlos y castigarlos", concluye López de Celis no sin antes hacer un llamamiento a todos los ciudadanos para que no consientan esta lacra y salgan a la calle sin es necesario para intentar pararla. "Nosotros, los ciudadanos, también somos responsables".