divendres, 11 de maig del 2012

El socialismo libró al mundo de Hitler

Como divisiones invencibles, los anhelos de paz y fraternidad de los pueblos del mundo marchan hoy junto al ejército ruso por la Plaza Roja de Moscú, en la celebración el 67 aniversario de la derrota del fascismo. 
Y es que el 9 de mayo de 1945, en Berlín, el jefe de los ejércitos del frente oriental de la Alemania nazi, mariscal Wilhem Keitel, capituló oficialmente ante el mariscal soviético Georgi Zhúkov.
La entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ganaba así la Gran Guerra Patria y terminaba para siempre la peligrosa aventura hegemonista del fascismo alemán, que tanto sufrimiento y dolor causó la humanidad y, especialmente, a la Europa de su tiempo.
La Alemania nazi, el Imperio nazi, la Alemania nacionalsocialista o el Tercer Reich son términos que definen el período de 12 años, comprendido entre 1933 y 1945, cuando Adolfo Hitler gobernó ese país bajo los postulados ideológicos del nazismo.

El inicio

Esta aventura comenzó a gestarse el 30 de enero de 1933, cuando el presidente Paul von Hindenburg nombró canciller de Alemania a Adolfo Hitler, producto de un pacto entre el gobierno alemán y el Partido Nacional Socialista alemán de los trabajadores (PNSAT) que, luego de perder las elecciones en 1932, desató una ola de violencia callejera.
Las revueltas evidenciaron la debilidad del gobierno y para evitar el colapso éste pactó con Hitler nombrándolo canciller, cargo que en Alemania es el de jefe del ejecutivo.
Una vez en el cargo Hitler convoca a nuevas elecciones, pero poco tiempo antes de los comicios incendian el parlamento (Reichstag).
Hitler culpó a los comunistas de este hecho y para obtener más votos en los comicios la propaganda nazi aterrorizó a la población señalando que ese incendio fue el primer paso de una revolución comunista.
Como consecuencia, el PNSAT logró el control del parlamento que, poco después, aprobó una ley para establecer una dictadura con aparentes visos democráticos.
Desde ese momento Hitler impuso un gobierno que tenía como eje su figura, basado en el principio de liderazgo del “Fûhrer”.
Conviene recordar que la palabra nazi es la apócope (reducción) de las palabras: Nacionalsocialismo en alemán y sus postulados ideológicos fueron instituidos por el Partido Nacional socialista alemán de los trabajadores.
La propaganda nazi definió este período como Tercer Reich (o tercer imperio), tratando de vincular emocionalmente su gobierno a la gloria del primer imperio Sacro Romano Germánico (962-1806) y al imperio alemán que se sostuvo entre 1871 y 1919 hasta la instauración de la República de Weimar, que se extendió hasta 1933.

Un símbolo

El partido nazi procuró siempre la unidad de sus ideales y los de Alemania. Para ello trató de mezclar símbolos tradicionales del país con los del partido, siendo un símbolo común la esvástica, cruz de origen sánscrito utilizada por los primeros arios de la India, de cuyas tradiciones védicas surge.
La ideología del nazismo tiene su fundamento en una simbiosis de la primacía de la “raza aria” (racismo), una especie de linaje noreuropeo, de raza blanca, y el militarismo, el nacionalismo y el anticomunismo.
El empleo por parte de los nazis de la violencia y de fuerzas paramilitares condujo al exterminio de socialistas, comunistas y cualquier otro tipo de opositores políticos, al tiempo que, en procura de la pureza de la raza, eliminó a los alemanes de origen judío, negros y gitanos.
El exterminio de judíos, a los que consideraba una raza inferior, alcanzó el genocidio de cerca de 11 millones de individuos, en lo que se conoce como el Holocausto. También eliminaron a cerca de un millón de gitanos.
Políticamente el partido nazi empleó la violencia para inhibir al Estado y atemorizar al resto de partidos políticos: socialistas, comunistas y demócratas, usando fuerzas paramilitares de asalto.

La gran Alemania

Los nazis se plantearon el concepto de la Gran Alemania en la perspectiva de unificar a los pueblos de origen ario diseminados por toda Europa en una sola nación.
Esta consideración sirvió como pretexto para invadir a otras naciones bajo el argumento de “proteger a las minorías étnicas” y estuvo aparejada a la doctrina del “espacio vital”, entendida esta como el derecho de Alemania de apropiarse de aquellos territorios para impulsar su desarrollo y prosperidad.

Expansión y colonización

Así, entre 1935 y 1939, el Tercer Reich se anexa Austria, con el objetivo de unir a dos naciones de un mismo origen étnico, y destruye buena parte de Checoslovaquia, luego de los acuerdos de Múnich, con el pretexto de “proteger la minoría étnica.
Los referidos acuerdos se establecieron en concierto con varias naciones europeas, con el objetivo de proteger a las minorías germanas que vivían en provincias checoslovacas, como Bohemia, Moravia, Silesia Oriental y Sajonia, denominadas “Sudetes” por la Alemania nazi.
El ímpetu de la Alemania nazi parecía indetenible y en procura de sus objetivos de unión de la raza aria y “espacio vital” para esta, envalentonada por sus triunfos militares sobre Austria y Checoslovaquia, Hitler proyecta la colonización de Polonia, Rusia y Ucrania con campesinos alemanes, para lo cual esclavizaría a las poblaciones nativas y luego deportaría o eliminaría a la “población excedente”.

Viraje al Este

En 1939 los nazis invaden Polonia y tal acción provoca el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En 1940 invaden Dinamarca y Noruega, se inicia la ocupación de Francia a través de Bélgica, Luxemburgo y Holanda; además arranca la campaña de África del Norte.
En abril de 1941 invade Yugoslavia y Grecia, y el 22 de junio ataca a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
En plena guerra, Hitler decide dar un vuelco a las acciones y se plantea la invasión de la Unión Soviética ocupando Ucrania, Bielorrusia, Letonia, Lituania y Estonia, así como la mitad occidental de la Rusia europea.
La conducta del Tercer Reich no obedecía ni se limitaba a tratar de recuperar las fronteras pérdidas después de la Primera Guerra Mundial con el Tratado de Versalles, sino ampliar sus fronteras al Este de Europa, a expensas de “razas inferiores” como la eslava.
Poco antes de la invasión a Rusia, Hitler escribió en su libro Mi Lucha lo siguiente: “Los alemanes tienen el derecho moral de adquirir territorios ajenos, gracias a los cuales se espera atender el crecimiento de la población”.

Operación Barbarroja

Este fue el nombre clave del plan de invasión a la Unión Soviética por parte de las tropas alemanas, las cuales, por efecto sorpresa, lograron ventajas bélicas iniciales.
El plan estaba concebido como una operación relámpago de apenas dos meses de duración, tiempo suficiente para, según el alto mando militar del Reich, aniquilar a la Unión Soviética.
El territorio conquistado en esta guerra se convertiría en el espacio vital para satisfacer las necesidades de tierra y materias primas para la población alemana durante siglos.
El plan de Hitler era avanzar hacia el Este, de manera simultánea, tres ejércitos, que debían girar a continuación sobre ellos mismos para cercar a los ejércitos soviéticos en enormes maniobras de tenaza para posteriormente aniquilarlos.
Para el momento de iniciarse esta ofensiva el Tercer Reich controlaba militarmente a Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Francia, Grecia, Holanda, Luxemburgo, Noruega, Polonia y Yugoslavia; además tenía el respaldo de Bulgaria, Finlandia,Hungria, Italia y Rumanía.
El eje alemán comenzó su ofensiva con un ejército de 4 millones y medio de hombres, desplegados a lo largo de una línea de 1.800 kilómetros.
Tras la sorpresa inicial, la Unión Soviética responde y Stalin declara la Gran Guerra Patria para enfrentar a la invasión germana.
Las tropas alemanas avanzan con facilidad sobre territorio soviético hasta que la presencia del frío invernal y la resistencia ofrecida por Leningrado, al norte, donde mueren dos millones de rusos por hambre debido al sitio de la ciudad, y Moscú al centro, le hacen perder la iniciativa en la guerra.

Stalingrado

El nombre de Stalingrado (hoy Volgogrado) entró en la historia de las guerras como la batalla más larga y sangrienta de la historia de la humanidad.
La batalla duró 200 días y sus noches, entre junio de 1942 y febrero de 1943, y en ella murieron entre 3 y 4 millones de combatientes de ambos bandos.
Stalingrado es el punto de entrada a la rica región petrolífera del Cáucaso y era un objetivo central del mando alemán, pero la heroica resistencia de los soldados y pueblo soviéticos, también demostrada aquí, lo impidieron.
La derrota de Stalingrado fue un punto de inflexión en la guerra, pues el ejército rojo pasó a la ofensiva.

La Batalla de Kursk

El último esfuerzo ofensivo de las ya maltrechas tropas alemanas ocurre sobre la ciudad de Kursk el 5 de julio de 1943, pero, tras poco más de un mes de hostilidades, los alemanes son derrotados.

Ofensiva soviética

Después del heroico triunfo de Stalingrado, los mandos soviéticos empiezan una ofensiva destinada a barrer a las fuerzas alemanas que, luego del fracaso de Kursk, se repliegan desordenadamente hacia el oeste, al mismo tiempo los aliados contra Alemania bombardean los territorios ocupados por el Reich en Europa Occidental.

La capitulación

A principios de 1945 los tropas soviéticas rodeaban Berlín, mientras que las de Estados Unidos e Inglaterra ocupaban Alemania occidental.
 
El ejército rojo penetra en la ciudad y sostiene enfrentamientos con la población civil adepta al régimen nazi, y Hitler se suicida en su búnker el 30 de abril de ese año.
 
Dos días después, el 2 de mayo de 1945, el general alemán Helmuth Weidiling se rindió incondicionalmente al general ruso Vasili Chuikov y más tarde, el 9 del mismo mes, el mariscal alemán Wilhem Keitel capituló oficialmente ante el mariscal ruso Georgi Zhúkov. Fue el fin de la Alemania nazi.
Aurelio Gil Beroes/LibreRed.Net