divendres, 18 de maig del 2012

EL CASO ALMERÍA

10 DE MAYO, 31º ANIVERSARIO DE TRES ASESINATOS IMPUNES: EL CASO ALMERÍA

El  10 de Mayo de 1981, en un barranco de la carretera del Gérgal, en Almería, es  encontrado un coche carbonizado con tres cuerpos en su interior. Pertenecían a  tres trabajadores; Juan Mañas Morales, Luis Cobo Mier y Luis Montero García,  que son presentados como terroristas muertos en un enfrentamiento con la Guardia  Civil.

Según el informe de “la benemérita”, se trataba de: “tres etarras, que habían intentado  huir”. En realidad eran sólo tres trabajadores de vacaciones, que iban a  Pechina para asistir a la primera comunión del hermano de uno de ellos, y que  fueron confundidos con un supuesto comando de ETA. Los tres fueron detenidos el  día anterior y no se sabe nada de ellos hasta que aparecen muertos en dicho  barranco.
Según la versión oficial, se trataba de tres  peligros etarras que, tras ser detenidos, se enfrentaron con sus armas a los  guardias civiles durante su traslado a Madrid para ser interrogados, en un  intento de huida. Los guardias civiles que viajaban en otro coche se vieron  obligados a disparar a las ruedas y el coche cae por el barranco y se estrella  e incendia. Lo cierto es que los cuerpos aparecen, además de quemados,  acribillados a balazos, mutilados y esposados. A pesar de las evidencias de que  se trataba de unos asesinatos premeditados, y de la participación en los mismos  de al menos una decena de agentes, el 28 de julio sólo tres guardias civiles  son condenados, y exclusivamente por homicidio. Cumplieron apenas unos años de  condena, siéndoles concedido con prontitud el tercer grado y recibiendo tras su  excarcelación una fuerte suma económica en concepto de retiros, a pesar de  haber sido expulsados del cuerpo.

Nadie asumió responsabilidades políticas, nadie pidió  perdón o reconoció el error. El juicio estuvo plagado de irregularidades, y de  amenazas tanto a los familiares como al abogado contratado por estos para  acusar representarlos. Desde entonces, en varias ocasiones las familias de los  asesinados han solicitado el que sean reconocidos los asesinados como víctimas  del terrorismo, sin lograrlo. Estos asesinatos, que han pasado a la historia  con el nombre de “el caso Almería” es otro crimen de Estado que aún permanece  impune y sobre el que se ha tendido una red generalizada de silencio que sólo  puede ser calificable de cómplice, al igual que el de M. J. García Caparrós o  el de Javier Verdejo. Todos ellos son víctimas del régimen españolista  neofranquista, y forman parte de la memoria  histórica de nuestro pueblo. Una memoria que abarca ochocientos años de  opresión, terror y crímenes institucionalizados, que la Andalucía resistente permanecerá  manteniendo viva. Ni olvido ni perdón.