Tel Aviv 2012–Berlin 1938
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El día de hoy Israel se acercó un paso más a la Alemania nazi de 1938.
En Berlín los nazis recorrieron las calles aterrorizando a los judíos, rompiendo vidrios de ventanas, quemando libros y sinagogas. En el barrio pobre de Tel Aviv llamado “Hatikva” (La Esperanza), la crema de los Übermenschen políticos de Israel, los kahanistasMijael Ben Arí, Itamar Ben Gvir y BarujMarzel, aterrorizaron a los trabajadores foráneos no-judíos que viven en ese barrio con violencia de multitudes y con nada menos que un pogromo:
Cientos de manifestantes se reunieron en el barrio…Hatikva…reclamando por la expulsión de los trabajadores migrantes africanos. Algunos atacaron a africanos que transitaban; otros rompieron los cristales de las ventanas de una tienda de alimentos que vende a la comunidad de trabajadores migrantes y la saqueó. Otro grupo de manifestantes detuvo un vehículo de transporte y buscó trabajadores migrantes entre los pasajeros, mientras golpeaban las ventanas del vehículo.
La multitud gritaba “el pueblo quiere
que los sudaneses sean deportados”, y “infiltrados fuera de nuestro
hogar”. La diputada de la Kneset (Parlamento israelí)
MiriRegevsijo que “los sudaneses son un cáncer en nuestro cuerpo”.
17 manifestantes fueron arrestados.
Los israelíes protestan contra los trabajadores migrantes africanos en el sur de Tel Aviv, 23 de mayo de 2012. Foto de Moti Milrod
Los manifestantes expresaron su
desaliento con la forma de tratar “el problema” de los extranjeros que
solicitan asilo en Israel por parte del gobierno,
especialmente con el Primer Ministro Biniamín Netaniahu. Algunos
portaban carteles de apoyo al Ministro del Interior Eli Yshai, quien se
pronunció a comienzos de esta semana por la expulsión de
los extranjeros que solicitan asilo.
La marcha fue organizada por el
Miembro del Parlamento Mijael Ben Ari, del partido Unión Nacional,
conjuntamente con los activistas de extrema derecha Itamar Ben
Gvir y BrujMarzel, quien dirige un grupo de seguridad vecinal en el
sur de Tel Aviv.
…Uno de los oradores…llamó a crear un
partido político que liderara la expulsión de los trabajadores
migrantes no-judíos. –“No es racismo”, insistía.
Mi amigo, el periodista israelí Jagai
Matar, fue también asaltado durante las festividades. Los hechos lo
sacudieron considerablemente, y aún se está recuperando.
Mientras tanto, ha escrito un artículo en su blog (en hebreo)
titulado “Camino a un linchamiento”.
¿Quiénes son estos refugiados? Son
del sur de Sudán, una nación que está todavía destruida por una guerra
civil, y descendiendo rápidamente hacia el caos impuesto
por el gobierno central sudanés. Este es el mismo gobierno
responsable por el genocidio de Darfur. Refugiados, genocidio, odio
racial: ¿no suena familiar?
Otro elemento de este pogromo que es
crítico llegar a comprender es que mientras el mismo fue iniciado por el
ala judeonazi de la extrema derecha, los Miembros del
Parlamento del partido gobernante Likud -Danon, Regev, Tirosh y
Levín- se involucraron y se adjudicaron públicamente el evento. Esa es
la manera en que trabaja el facismo rastrero. Primero, la
extrema derecha apuesta sus proclamas dentro de un discurso
político. Luego, los partidos de mayor aceptación se involucran y
cooptan a la extrema derecha. Ya entonces, la extrema derecha se
vuelve parte de los partidos aceptables y se transforma en algo
verdaderamente odioso y horrible (a grandes rasgos, la manera en cómo el
“Tea Party” funciona en el discurso de la política
estadounidense, aunque no haya promovido ningún pogromo todavía).
Esta noche Tel Aviv –y por extensión Israel- se ha vuelto algo verdaderamente odioso y horrible.
Si uno observa los pronunciamientos
de los líderes “responsables” del país, uno los puede ver adaptándose a
las posiciones de extrema derecha “populares”: el
Ministro del Interior Eli Ishai impreca contra los sucios africanos.
El Fiscal General dice que está listo para proveer el apoyo legal para
las deportaciones en masa. El Primer Ministro –un tipo
que nunca albergó simpatías por los oprimidos, judíos o no judíos-
va a sacrificar a estas pobres almas en un santiamén a cambio de
ventajas políticas.
Esto, por supuesto, es la repetición
del mensaje de extrema derecha, neonazi, de muchos partidos políticos
europeos como la Liga de Defensa Inglesa, el Frente
Nacional de Marie Le Pen, etc. Es un eco del manifiesto
anti-inmigrantes de Anders Breivik, antes de que asesinara 77 jóvenes
noruegos liberales.
Supongo que no es sorprendente que
haya tal venenoso movimiento político en desarrollo en Israel, el cual,
después de todo, no es inmune al mismo veneno que infecta
el cuerpo político europeo y estadounidense.
Pero lo que es sorprendente es qué
cercanamente esto es un eco de la tragedia histórica del Holocausto, tal
como se manifestó en Alemania en 1930. Nosotros también
teníamos refugiados judíos que eran despreciados cuando buscaban
refugio en estas playas. La historia judía está repleta de ejemplos de
similares persecuciones, incluyendo las Cruzadas, la
Inquisición, y varias otras expulsiones.
No estoy pronosticando un genocidio
contra los trabajadores foráneos no judíos en Israel. Pero dada la
historia judía en el último siglo, uno pensaría que los
judíos, incluyendo los israelíes, serían más sensibles a repetir los
horrores perpetrados entonces contra nuestros ancentros.
Para ser justo, ha habido manifestaciones de odio igualmente nocivas, incluyendo expulsiones de Nigeria, Gabón, Angola y otras.
Pero nosotros, los judíos, hemos sufrido este destino por nosotros mismos. Perpetrarlo contra el débil y el vulnerable de Tel Aviv es un verdadero
shande (vergüenza en Idish). Es menos que reconfortante
pensar que Israel planea una similar expulsión masiva de sus propios
inmigrantes para apaciguar la furia de la bestia de la
xenofobia israelí.
A las sombras de la ocupación de los
territorios y del trato brutal de Israel hacia los palestinos, los
trabajadores foráneos no judíos son los palestinos, los
negros de Israel. Al igual que los palestinos, ellos no tienen
estatus legal dentro de Israel. Esto los vuelve invisibles, impotentes y
a la merced de quien quiera explotarlos.
La única diferencia entre los dos
grupos es que los trabajadores foráneos no judíos se encuentran dentro
del estamento político israelí, mientras que Israel ha
tenido éxito en excluir a los palestinos (así lo cree) del estamento
político.
"Pensaba que nos respetarían, pero...¡cómo odian a la gente!" Barha, niño eritreo de 14 años, tras los ataques de la noche del 23 de mayo.
Fuente original: http://www.richardsilverstein.com/tikun_olam/2012/05/23/tel-aviv-2012-berlin-1938/