En Pakistán
se comercializan
teléfonos celulares que son capaces de despertarte, hacer
llamadas, enviar y recibir mensajes y también vienen con una opción
especial: disparar cartuchos del calibre 22 (5,6 milímetros),
según la agencia de información rusa ITAR-TASS.
Los mercados negros
de algunas ciudades paquistaníes (como
Peshawar) adquirieron este dispositivo en esta primavera. A
primera vista parecen móviles comunes y corrientes, pero se pueden
cargar con 4 cartuchos de pistola. La antena cumple la
función de cañón y en lugar del gatillo es necesario presionar
los botones “5”, “6”, “7” u “8” (un botón para cada bala).
Estos teléfonos ilegales pueden
dar en el blanco a una distancia de 100 metros y se están vendiendo como
"pan caliente". El precio contribuye a su gran demanda,
30.000 rupias paquistaníes (cerca de 320 dólares) cada uno. Se
teme que la demanda no deje de crecer.
Los expertos del Servicio de Inteligencia
del país estudian
la procedencia de estos aparatos y sospechan que son fabricados
en el territorio de uno de los estados de la antigua Yugoslavia, y se
importan a Pakistán. Las agencias de inteligencia temen
que los "teléfonos asesinos" empiecen a ser comprados por los
extremistas, ya que con la ayuda de este aparato se pueden evitar
tranquilamente las revisiones de los guardias de
seguridad.