EL DEBATE DEL ESTADO DE LA NACIÓN
EL DEBATE.
Mi capacidad de
asombro no tiene límites. Se está debatiendo el Estado de la N, y con
solo prestarle un poco de atención con otro poco de reflexión, he
llegado a la conclusión, tantas veces asumida de que
estamos asistiendo una vez más, al mayor y mejor espectáculo nunca mejor
organizado y planificado por el hombre a lo largo de su historia. Un
espectáculo tan patético, tiste e hipócrita, que salvo honrosas
excepciones
me asaltan sentimientos de estar asistiendo al teatro de marionetas
desarticuladas, en un
escenario de cartón piedra perdido en un villorrio de la España
profunda. Marionetas,
manipuladas, por alimañas emboscadas al
socaire de toda impunidad, en beneficio de sus más que espurios y
criminales
intereses, y donde lo que menos interesa, es el derecho, la justicia
social, la
democracia, la igualdad y la libertad. Estos principios, es lo que menos
les importaba,
ya que sólo se trata de ver quién dice más mentiras de forma que la gente crea
que son verdades, y sobre todo hacernos creer que sólo hay un camino, el camino
que ellos quieren que sigamos, como si
fuéramos cordero derechitos al matadero.
No sé, si
esta sociedad dormida, anestesiada que hasta ahora ha
tenido la panza llena, al abrigo de la burbuja del ladrillo y gracias a las
migajas que nos dejaban caer de la mesa que presidia el gran banquete que las
grandes fortunas se daban a costa de lo que más tarde nos están haciendo pagar,
en forma de desempleo, de recortes, de despidos masivos, de desahucios
criminales, del desguace calculado y voraz de la sanidad pública, de la
justicia, de la educación, del recorte
de las pensiones y de los salarios etc. etc.
Cuando ya no nos quede nada a que
agarrarnos y las tripas empiecen a rugir de hambre, entonces es posible que nos
levantemos de verdad, y hagamos frente a los bocazas de ¡¡¡ HAY QUE CAMBIAR LAS
COSAS!!! Para que todo siga igual. Ellos quieren enterrar toda la podredumbre, que olvidemos los atropellos, de las políticas
de saqueo, expolio y pillaje de nuestros derechos legítimamente ganados a
través de muchas luchas y sacrificios. Hace décadas unos buhoneros de feria,
con espíritu de rufianes, se erigieron en nuestros salvadores, sacándose de
la chistera una transición que este
pueblo tuvo que tragar como el “trágala,
trágala, perro, que le cantaban al antepasado de este Borbón. Si bien es verdad
que el pueblo votó, a éste no se le dijo la verdad, el pueblo votó engañado,
los de izquierdas y los otros, obraron con mentiras, subterfugios, engaños y maldad.
No es una nueva
transición, o un cambio en la cabeza del
jefe del Estado, lo que nos hace falta, lo que de verdad nos merecemos,
es una Revolución, esa revolución que este País tiene pendiente desde
hace
siglos. Aquí nunca llegaron los aires limpios y vivificadores de la
revolución francesa. Y hemos de tener presente que esta forma de hacer
política tan brutal,
regresiva y genocida, no va a parar aquí, si lo permitimos van a
continuar en
sus afanes canallescos de ir apretándonos cada vez más el dogal que nos
han
puesto al cuello.
Desde mi humilde
opinión, creo que bastarían unos cuantos
proyectos, así por encima que de llevar a cabo su realización
seguramente
acabarían con parte de nuestras desgracias, y de paso poder hacer algún
escarmiento. Ejemplo: Nacionalización de los bancos, ya que somos
nosotros lo que los estamos financiando
a través del rescate europeo, a la vez que den la cara y asuman sus
fechorías
los grandes banqueros. Expropiación de los grandes capitales. Retirarle
todos
los beneficios y prebendas a la Iglesia: No más subvenciones mil
millonarias.
Separación total e inmediata Iglesia Estado. Nacionalización de las
grandes
empresas de seguros. Nacionalización de las grandes compañías dl
petróleo, la luz y las eléctricas, estas
últimas verdaderas sanguijuelas y buitres carroñeros, son las que más
directamente estafan y roban al ciudadano, y que para mayor escarnio
fueron
privatizadas por los presidentes de turno, González y Aznar, con el
único
propósito de enriquecer a sus amigotes,
a la vez que ellos dos se aseguraban una jubilación de lujo y Boato,
con varias
tarjetas visa oro o platino en sus bolsillos. Mientras, millones de
viudas, de
jubilados y jubiladas tienen que vivir
con menos de 600 Euros al mes
¿Es posible
encontrar en sitio alguno de Europa, mayor nivel de estulticia, amoralidad y falta de conciencia
mínimamente humanizada y solidaria, como
el que demuestran la mayoría de nuestros políticos? .
Francisca Lorenzo