El presidente ruso Vladimir Putin siguió firme en sus posiciones sobre Siria, descartando toda nueva sanción de la ONU contra el régimen de Bashar al Asad así como la salida del dirigente sirio, durante sus visitas del viernes a Berlín y luego a París.
Putin compartió los temores de la canciller Angela Merkel y del presidente François Hollande de ver a Siria hundirse en una guerra civil.
El presidente ruso puso en duda el
viernes en París en conferencia de prensa conjunta con Hollande la
eficacia de las sanciones que serían tomadas por el Consejo
de Seguridad de la ONU contra el régimen sirio, opción defendida
por su homólogo francés.
“Las sanciones están lejos de ser
siempre eficaces”, declaró Putin. El presidente ruso reiteró su apoyo a
la mediación de Kofi Annan y dijo que es
“contraproducente declarar que su misión está condenada al
fracaso”, añadió.
Rusia se opone hasta ahora a
cualquier tipo de acción contundente del Consejo de Seguridad contra
Siria, entre ellas la imposición de sanciones a nivel de la
ONU.
Desde hace más de un año, Rusia y China, que disponen de un derecho de veto, bloquearon cualquier acción
fuerte del Consejo de seguridad de la ONU sobre el caso sirio.
“No hay solución posible” en Siria
sin “la salida” de su presidente Bashar al Asad, afirmó Hollande. “El
régimen de Bashar al Asad se comportó de manera
inaceptable, intolerable. Cometió actos que lo descalifican”,
declaró el presidente francés.
Hollande dijo que esa salida de Asad es una condición “previa para la transición política”.
Pero su homólogo ruso descartó de
su lado la salida del presidente sirio como una condición previa a la
solución. “Si se se retira del poder el presidente en
ejercicio, ¿creen ustedes que habrá un bienestar total en ese
país?”, preguntó Putin.
Putin, que inició el 7 de mayo un
tercer mandato de presidente después de los de 2000 a 2008, se encontró
con su homólogo francés, elegido el 6 de mayo, para una
entrevista y una cena de trabajo en el Elíseo. Después de una
etapa en Berlín, se trató del primer encuentro entre ambos.
En Berlín la canciller alemana
Angela Merkel y el presidente ruso Vladimir Putin se mostraron el
viernes a favor de una “solución política” en Siria, en donde
aparecen elementos “precursores” de una guerra civil, según el
mandatario ruso.
Al final de su encuentro con
Merkel, Putin aseguró que no se podía “hacer nada por la fuerza” en
Siria, donde la reciente matanza de Hula (centro) suscitó
indignación a nivel mundial.
“Expresamos ambos nuestra
convicción de que hay que encontrar una solución política” a la crisis
en Siria, declaró la canciller, asegurando que su visión sobre la
situación en el terreno “no es diferente”.
Merkel subrayó la voluntad común de
asegurar la estabilidad en la región, postura con la que se diferencia
de Estados Unidos, que tiene un discurso más virulento
hacia Rusia.
Alemania tiene importantes
intereses en Rusia, su principal socio comercial y del que depende gran
parte del suministro de gas que consume el país.
Rusos denunció además la
responsabilidad de los Estados Unidos de la violencia en Siria, donde al
menos 45 personas murieron este viernes.
A pesar del indefectible respaldo
de Moscú al régimen del presidente sirio Bashar al Asad, Putin aseguró
que su país no apoya a ninguna de las partes que se
enfrentan en Siria y desmintió que Rusia entregue a ese país armas
utilizables en una guerra civil.
La secretaria de Estado
estadounidense, Hillary Clinton, que el jueves cuestionó directamente a
los rusos al estimar “que su política contribuirá a una guerra
civil”, acusó este viernes a Moscú de haber entregado armas al
régimen sirio y expresó su “seria preocupación” sobre el tema.
A esto, Moscú respondió casi de
inmediato a través de un comunicado del ministerio de Relaciones
Exteriores en el que afirma que la matanza de Hula es el
resultado de la ayuda financiera extranjera y de la entrega de
armas a los rebeldes sirios.
(Con información de AFP)
Putin a Hollande: ‘Bashar Al Asad ha visitado más París que Moscú’
François Hollande y Vladimir Putin
quieren una solución política para Siria.
Los presidentes francés y ruso mostraron su
acuerdo sobre ese punto durante la rueda de prensa celebrada
tras su reunión de esta noche en el palacio del Elíseo. Sin embargo, no
lograron acercar posiciones sobre el mejor modo de
evitar un recrudecimiento del conflicto en aquel país que
degenere en guerra civil y termine por desestabilizar esa zona sensible
de Oriente Medio.
“Ambos coincidimos en que hay que buscar urgentemente una solución política para Siria, pero tenemos puntos de vista
divergentes sobre las responsabilidades y la salida
de Bashar Al Asad, que yo considero indispensable para la transición”,
resumió el jefe del estado galo. Su homólogo ruso,
por su parte, se mostró preocupado por “la radicalización de
la situación” y señaló que “las sanciones no siempre son eficaces”.
Se notaba
cierta tensión entre los dos mandatarios, que anunciaron futuras
reuniones bilaterales para seguir tratando temas de cooperación
económica. Acaso estaba motivada por esas declaraciones
realizadas por Hollande días atrás insinuando que “una intervención
militar en Siria no debía ser descartada”. O quizá es que a Putin
no le había sentado bien la aprobación, unas horas antes, por
parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, de
una resolución condenatoria del régimen sirio, contra la
que sólo votaron negativamente tres de 41 miembros: China, Rusia y Cuba.
“Esta votación
demuestra una vez más el aislamiento del régimen de Damasco, al que
nadie puede ya avalar la barbarie”, señaló el ministro galo
de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, en un comunicado
difundido por el Quai d’Orsay poco después de que el avión de Putin
aterrizara en París procedente de Berlín, con se había producido
un encuentro similar con la canciller alemana Angela
Merklel.
Manifestación a las puertas
“Putin, Bashar:
basta de represión”, le gritaban los manifestantes parisinos cuando su
comitiva cruzó el puente parisino de Alejandro III
rumbo a la cena en el Elíseo. Al mediodía, una insólito
anuncio de la ONG Human Rights Watch (HRW), publicado a página en el
diario Le Monde y escrito en ruso, se dirigía a él solicitándole
respetuosamente que “modifique su política de apoyo al régimen
sirio”.
Pero Putin, por
el momento, sigue remiso a una resolución del Consejo de Seguridad de
la ONU contra Siria. Respecto a las matanzas de civiles
efectuadas en los últimos meses por el ejército de Al Asad,
preguntó “¿cuántos civiles han muerto a manos de los rebeldes? También muchos”. Y para defender su postura
puso el ejemplo de la Libia post Gadafi: “Un país con serios problemas de los que ahora la prensa no dice nada”.
El dirigente
ruso indicó igualmente que su país “no tiene ningún interés estratégico
en Siria ni una relación especial con dicha nación”.
“¿Acogería usted a Bashar Al Asad en Rusia si este exilio
sirviera para iniciar un proceso de paz y transición político?”, le
inquirió un periodista.
“Bashar Al Asad ha visitado más París que Moscú”,
respondió visiblemente molesto. “Sobre eso no tengo la menor
responsabilidad”, se defendió Hollande. “Forma parte de un
pasado superado”, añadió en clara referencia a su antecesor, el
presidente conservador Nicolas Sarkozy, a quien venció en las
urnas el pasado 6 de mayo.