Traduït per Resistència Antifeixista.
Tret de "RadioBCN Estación Mediterránea ABF"
Tots els dijous ens manifestem per les vícitmas del franquisme, des d'aquesta setmana ens falta José Brizuela Cambrero que era un habitual en aquesta i altres cites antifeixistes. Que la terra et sigui lleu.
Des de fa moltes setmanes, cada dijous de vuit a nou del vespre, familiars i simpatitzants de les víctimes del franquisme es concentren a la Puerta del Sol, a la manera de la protesta setmanal de les mares de maig argentines. Una acció que amb prou feines té visibilitat mediàtica, ja que ara no hi ha Garzons ni Lorcas amb que omplir notícies. I tot i aquesta invisibilitat, centenars de persones se sumen cada dijous.
Des de fora pot donar la impressió que la lluita contra la impunitat funciona a estrebades, al ritme de les grans notícies: la mal anomenada Llei de la Memòria, l'actuació de Garzón i la seva posterior processament, la recerca de Lorca, la denúncia a l'Argentina, el debat sobre la Llei d'Amnistia, l'aixecament de fosses comunes ... Però això és només visibilitat mediàtica, moments en què s'encén un granfocus, que de vegades lumina però també pot enlluernar, com un fogonada que t'impedeix veure bé el que està passant, i després et deixa de sobte a les fosques.
La resta del temps continuen els esforços per enterrar dignament, homenatjar i fer justícia als represaliats de la dictadura, però amb una altra llum, una il luminació pròpia, més constant que aquests grans focus, més càlida, que no enlluerna i sí lumina, portant llum a les moltes zones d'ombra de la dictadura, però també de la democràcia.
Si algú creia que el pas del temps, amb la mort dels últims supervivents i la distància històrica dels fets, acabaria fonent aquesta llum, o deixant-la en una flama testimonial que ni crema ni llum, ha passat el contrari: cada vegada s'uneixen més ciutadans-i més joves-, i com més temps passa i més lluny queden la guerra i la dictadura, més motius hi ha per exigir veritat, justícia i reparació, ja que més llarga és l'ofensa.
Després de les massives manifestacions de fa quatre mesos, la plataforma contra la impunitat ha seguit les seves accions, tot i l'apagada mediàtic i institucional. Se segueix convocant a tots i totes a aquesta cita dels dijous de 8 a 9 del vespre. Des Solidaritat Obrera s'aporten cada dijous pancartes individuals amb fotos de anarcosindicalistes assassinats impunement pel franquisme (Peiró, Granado, Delgado, Sabaté, Caracremada, Facerias, Barriobero, Amador Franco, Carvalleira, els germans Pellicer, Puig Antich).
Salut per als que lluiten.
Publiquem a continuació i com a homenatge pòstum l'article preparat per al contramarxes 52 que sortirà a finals d'agost sobre la mort de José Brizuela Cambrero.
"NOS HA DEJADO JOSE BRIZUELA CAMARERO
El nueve de agosto se apagó la vida del compañero José Brizuela a la edad de 81 años. No pudo salir de una operación de corazón realizada a mediados de julio en el Hospital Clínico de Madrid. Un virus de quirófano le provocó una neumonía que le impidió recuperarse y poco a poco acabó con su vida.
José vivió marcado por la brutal experiencia vivida el 29 de julio de 1936 en su pueblo de Burgos, Castrillo de la Vega. Ese día, contempló como un grupo de falangistas se llevaba a su padre de su casa junto a otros cuatro vecinos del pueblo, en una camioneta para fusilarlos en la cuesta de Costaján, al lado de Aranda de Duero. Con siete años se hizo mayor y tuvo que ayudar en las tareas del campo a su venerada madre, como si de un hombre se tratase. Los asesinos falangistas no tuvieron reparos en exigir cada año una parte de la cosecha de trigo; por ello José decía bien alto que “los franquistas explotaban a los niños”, en su carne lo vivió. Las duras vivencias infantiles y juveniles de José Brizuela las tiene recogidas en dos juegos de fotocopias que el mismo entregaba, generosamente, a todo aquel que veía interesado en el tema. El primero de los juegos trata de lo ocurrido en su pueblo, Castrillo, en los años de cruel represión, durante la guerra civil. Hay que tener en cuenta que esa zona de la ribera del Duero no fue frente de guerra, ni el fascismo encontró resistencia alguna y sin embargo los fusilados llenaban las cunetas y campos, “ya todo es un gran cementerio queridísimos compañeros” escribía su hermana Máxima, diez años mayor que José, en un estremecedor diario llevado en secreto, día a día, y escondido por su madre durante todo el periodo franquista. Diario del que también nos dio una copia. El segundo juego de fotocopias que José distribuía, era del periodo de 1941 a 1947 que vivió internado en las “Escuelas de Cristo Rey” en Valladolid, dirigidas por el Jesuita Padre Cid, unas escuelas para hijos de rojos, ya hubiesen sido ejecutados o en permaneciesen en prisión. Escuelas que para nada se ocupaban de instruir cultura y ciencias, sino que sólo buscaba el lavado de cerebro y la asunción de la culpa de ser hijos de los vencidos “que habían osado desafiar a Dios”. José Brizuela era especialista en catecismo, y como tal era llevado a competiciones y espectáculos clericales. En la Escuela se encargaba de cuidar los animales.
José Brizuela incansable antifranquista, noble, obstinado, ameno, simpático, generoso; en fin, muy buena persona; llevó el nombre de su padre José Brizuela Meneses, militante de la CNT, a cuantos sitios pudo con la cabeza bien alta (incluso durante el franquismo llegado el 18 de julio ponía crespones negros en la antena en su furgoneta de pintor) La primera frase que enseñó a sus hijos fue: “¿Quién mató al abuelo? Los falangistas”.
Participó en la exhumación de los cadáveres de la cuesta de Costaján y en cuantos actos sobre la memoria histórica se realizaban, ya fuese en Madrid (en el Caum era habitual), en Aranda o en Valladolid. Muchos escritores de la memoria histórica han utilizado informaciones suyas como Mirta Núñez en "La gran represión" o Rafael Torres en varias de sus obras.
Desde que las movilizaciones de las víctimas del franquismo volvieron a resurgir, se le ha podido ver en todas ellas, incluso en las de defensa del Juez Garzón que nosotros, como Solidaridad Obrera, no compartíamos. Si compartimos muchas vueltas en la Puerta del Sol todos los jueves de 8 a 9 de la tarde, concentraciones en las que, sin duda, le vamos a echar de menos, siempre con la foto de su padre, saludando a unos y otros, pues a todos conocía y todos le queríamos. El jueves 12 de agosto, al finalizar la manifestación se le ha recordado y entre todos los participantes le hemos dado un merecido aplauso colectivo.
Los restos de José Brizuela fueron incinerados y sus cenizas serán esparcidas en la cuesta de Costaján, Aranda de Duero (Burgos).
¡Que la tierra te sea leve, compañero!"
Solidaridad Obrera