La Mujer saharaui en la cultura y en la sociedad
El Rey de
Marruecos es el mayor beneficiario del acuerdo agrícola con la Unión Europea,
según The Telegraph
TXEMA SANTANA
El diario británico
The Telegraph se hizo eco e pasado domingo de los beneficios que reporta a
Mohamed VI directamente el acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea.
Aseguran que unos 10.000 colonos trabajan en los cultivos de tomate que posee
en el Sahara Occidental.
El Comité del Parlamento Europeo
para el Comercio Internacional la pasada semana dio los primeros pasos para un
nuevo acuerdo agrícola que permita aligerar las restricciones de la exportación
de frutas y hortalizas por parte de Marruecos.
Según informó el
pasado domingo el diario británico The
Telegraph el “mayor beneficiario es el Rey de Marruecos,
dueño de las empresas que más exportan del país y que tiene más de 12.000
hectáreas de las tierras agrícolas más fértiles de la nación”.
Además, citando a fuentes de
organizaciones no gubernamentales que luchan por los Derechos Humanos, The Telegraph asegura que
Mohamed VI posee grandes extensiones de terreno que cultiva -en invernaderos-
en la región de Dakhla, en el Sahara Occidental. Añade que “el Frente Polisario
prepara en Bruselas una ofensiva para tratar de convencer a los eurodiputados
para que no firmen el acuerdo”.
Agrega que “si se aprueba el
acuerdo agrícola aumentará inmediatamente la exportación de frutas y hortalizas
de Marruecos” y asegura que pudiera aumentar “en un 55% la importación europea”
desde el país alauita.
Citando declaraciones de Erik
Hagen (Western Sahara Resource Watch) “el Rey tiene la propiedad de la
industria del tomate en el Sahara Occidental” y ofrece el dato de 10.000
trabajadores en estos cultivos, cuya mayoría sería personal “colono”, es decir
procedente de Marruecos y no saharauis.
Hagen también dijo al diario
británico que “la Unión Europea hace distinción cuando se trata de productos
procedentes de Palestina y no se aplican los mismos principios comerciales con
Marruecos”. Y concluyó que “es muy poco ético, porque socava los esfuerzoz de
Paz que hace la ONU y da un indicio claro del desafortunado apoyo a la
presencia ilegal de Marruecos en el Sahara Occidental”.
A raíz de esta información sobre
Agricultura, el rotativo añade que “una disputa similar ocurre sobre los
derechos de pesca en las aguas del Sahara Occidental, que ya llevó
al Parlamento Europa a cancelar un acuerdo en diciembre pasado que
prohibió a los arrastreros europeos a pescar en estas aguas a cambio de pagos
anuales a Rabat”.
La ONU cambia
su estrategia en el Sahara Occidental: La clave serán los recursos naturales
TXEMA SANTANA
Naciones Unidas,
incapaz ante el conflicto del Sahara Occidental, ha cambiado de estrategia.
Rechaza la posición de ambas partes, ni autonomía ni referéndum, e insta a
acordar la gestión de la explotación de los recursos naturales como primer paso
para avanzar. Christopher Ross reconoce en una entrevista que “la ausencia de
crisis inminente priva a este conflicto de la atención de la Comunidad
Internacional”. Ross concluye que “la violación de los Derechos Humanos cada
vez es más grave”.
Naciones
Unidas ha visto en el dinero, en la explotación de los recursos naturales del
Sahara Occidental, cada vez más cotizados, la forma de avanzar en la resolución
del conflicto que sostiene a miles de personas desplazadas desierto adentro y
un estado de sitio para los ciudadanos saharauis que viven en el Sahara
Occidental, conocido por ellos como Territorios
Ocupados. Hasta el momento la gestión de los recursos naturales la
hace Marruecos.
En 2004
Naciones Unidas desistió de elaborar planes para que las partes cumplieran con
los mismos y optó por dejar a Marruecos y la RASD que negociaran y acercaran
posiciones ejerciendo únicamente como supervisores, junto a Argelia y
Mauritania, convidados que no han sido de piedra. Pero ambas partes mantienen
posiciones que Naciones Unidas considera que son excluyentes y además Ross
mantiene que “una de las partes ha elaborado un plan propio alejado de las
propuestas que hacía Naciones Unidas para la resolución del conflicto”.
La
primavera árabe y la “ausencia de una crisis inminente priva a este conflicto
de la atención de la comunidad internacional”, según Ross, por lo que el mismo
“no puede seguir estancado en el tiempo”. El Sahara Occidental, “una ex colonia
de España del tamaño de Gran Bretaña”, deberá canalizar su futuro a través de
“la gestión de los recursos naturales y el desminado del territorio”, según
Ross como primeras medidas para avanzar hacia una solución definitiva. La
política quedaría relegada a una solución más económica y de seguridad. El
referéndum pasaría a ser menos importante que el titular del contrato.
Para la
región, el riesgo es “una escalada militar y la posibilidad del aumento de la
actividad terrorista”
Naciones
Unidas duda, según
reconoce Ross en la entrevista ofrecida en la web de la propia organización,
en que aún “está por ver si este enfoque provoca movimientos en el tema
central de discusión”. El enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental
asegura que “la ausencia de solución ha impuesto crecientes riesgos y costos
para ambas partes y para el Magreb”.
Para las
partes, siempre en palabras de Ross, “el riesgo es la renovación de
hostilidades, el brote de descontento popular y el reclutamiento de saharauis
frustrados y desempleados en grupos terroristas y criminales”. También menciona
que hay costos “humanitarios para los refugiados y violaciones de los Derechos
Humanos, además del gasto que supone mantener a las fuerzas militares”. Pero
sobre todo, Ross hace énfasis que uno de los mayores costos para las partes y
para la comunidad internacional es “la incapacidad para planificar el uso de
los recursos naturales del Sahara Occidental de una manera apropiada”.
Para la
región, el riesgo es “una escalada militar y la posibilidad del aumento de la
actividad terrorista”, algo que le preocupa, pero vuelve a poner en el centro
el argumento económico: “Se pierden beneficios la falta de integración
económica”. Ross cita la caída de Gadaffi como fuente de recursos militares en
la zona.
“Hay
personas que piensan que el conflictó aún no está maduro”, asegura Ross, aunque
los acontecimientos recientes “podrían alentar a las partes a iniciar un
proceso más serio de negocicación”. Argumenta Naciones Unidas que han detectado
“más descontento en los jóvenes” y también más activismo por “la unidad del
Magreb”, hechos que considera que pueden desatascar el entuerto.
El
referéndum pasaría a ser menos importante que el titular del contrato.
A finales
de febrero Naciones Unidas trasladará estas ideas a ambas partes en las
negociaciones previstas en Long Island, Estados Unidos. Ross culmina la entrevista
pidiendo a la comunidad internacional que “no es suficiente seguir hablando del
conflicto sobre posiciones fijas, el pueblo del Sahara Occidental, en los
campos de refugiados o en el propio Sahara Occidental deberían disfrutar de
todos los Derechos Humanos, incluidos la libertad para expresar sus opiniones
sobre su futuro”.
Del resto
de países del Magreb Ross espera que de una vez por todas vean “los beneficios
para todos y ayuden a encontrar una solución a la tragedia humana que ha
engendrado este conflicto”.