EL LAICISMO Y EL PSOE
El laicismo y el PSOE
Documento con fecha
viernes, 26 de julio de 2013.
Publicado el
sábado, 27 de julio de 2013.
Autor: Coral Bravo.Fuente: El Plural.
Autor: Coral Bravo.Fuente: El Plural.
Susana Díaz ha sido elegida, la semana pasada, candidata socialista a
la presidencia de la Junta de Andalucía, después de ganar unas
elecciones primarias, sin urnas, por cierto. Se trata, al parecer, de
una burócrata de la élite del PSOE andaluz, en el que inició su andadura
política en las Juventudes Socialistas, siendo éste, el ámbito de su
militancia, su única experiencia laboral. Algunos dicen que es tenaz y
trabajadora. Otros, desde su mismo partido, la tachan de carecer de
profundidad en su posición ideológica y de conocimiento de líneas de
acción política. Ya sabemos que nadie es del gusto de todos.
Sin embargo, al leer, al respecto, las noticias en la prensa, he
percibido algunos de sus matices biográficos que me llaman poderosamente
la atención: la candidata socialista a las próximas Elecciones
autonómicas andaluzas tiene una amplia experiencia como catequista
católica. Es católica practicante, cofrade de la Esperanza de Triana, es
aficionada a los toros (a su tortura, por mejor decir), es forofa de la
Semana Santa , e incluso fue Baltasar en una reciente cabalgata de
Reyes. Nada atípico ni anormal, sino, al contrario, son rasgos que
pueblan la biografía de muchos miles de andaluces y de españoles. Y cada
quién, sólo faltaría, es muy libre de tener las creencias, las
aficiones y las adhesiones que le vengan en gana. Pero reconozcamos que
su biografía, según sale en la prensa, parece más que de una socialista y
progresista, la biografía de una votante del PP.
Ciertamente el asunto no me acaba de cuadrar y me produce, cuanto
menos, algunas sospechas. Porque técnicamente un catequista es un
adoctrinador en unas creencias determinadas. Adoctrinar en creencias es
alejar al adoctrinado de la libertad de pensamiento y de conciencia, es
anular la libertad personal más íntima de un ser humano, es combatir y
anular el librepensamiento, algo contrario absolutamente a los
postulados esenciales y originales del socialismo, en general, y del
PSOE, en particular. Recordemos que Pablo Iglesias, el fundador de su
partido, era un convencido defensor del Estado Laico, un gran valedor de
la supremacía del poder civil frente al religioso y de la libertad de
conciencia, como base irrefutable de la ideología democrática que le
llevó a fundar el partido, en sus inicios laico por definición, en el
que ahora milita la señora Díaz. Aunque reconozcamos que el PSOE de las
últimas décadas parece alejado absolutamente del laicismo fundacional
que caracterizaba el armazón ideológico del partido.
El confesionalismo es uno de los grandes problemas históricos de este
país, que se prolonga hasta nuestros días en virtud del Concordato, a
día de hoy aún vigente, entre el Estado Español y el Vaticano;
Concordato, firmado por Franco en 1957 y refrendado en 1979, que le
otorga a la Iglesia católica un inmenso poder, unos desproporcionados
ingresos económicos sustraídos del dinero público, y su presencia
sempiterna en la educación, la sanidad, los servicios sociales, el
ejército e, incluso, el ámbito penitenciario.
Probablemente la señora Díaz no haya oído hablar jamás, o sí, pero en
términos errados, de que el confesionalismo es absolutamente contrario a
cualquier postura políticamente progresista. No hablo de creencias, no;
cada quién, repito, es muy libre de creer en lo que quiera; digo
confesionalismo, que es la intromisión de las creencias en el ámbito de
lo civil y lo público. Probablemente la señora Díaz desconozca lo que
significa la separación de Iglesias y Estado, uno de los grandes
adalides de cualquier causa ideológica de izquierdas. Quizás desconozca
el hecho de que el confesionalismo es uno de los más grandes enemigos de
la democracia, que genera desigualdad e intolerancia, y todos los
grandes problemas y conflictos propios del integrismo y el
fundamentalismo religioso, que no es otro que el fundamentalismo
político.
Ojalá esté errada, y quizás la señora Díaz mantendrá sus creencias en
el ámbito de lo privado, sin afectar a su parcela de representante
público. Sin embargo, me temo que no es tarea fácil, y me temo que
cuando alguien está adoctrinado en ideas de intolerancia, por más que se
exhiban en sentido contrario, la intolerancia pasa a formar parte de su
ideología, consciente o inconscientemente. Porque muy difícilmente se
puede defender el librepensamiento cuando no se es librepensador.
De ahí que el filósosfo chileno Sebastián Jans insista en su brillante
máxima “la democracia es laica o no es democracia”. Y de ahí que Noam
Chomsky escribiera, en el prólogo del “Curso de autodefensa intelectual”
de Norman Baillargeon: “Creo firmemente que los ciudadanos de las
sociedades democráticas deberían hacer un curso de autodefensa
intelectual para protegerse de la manipulación y el control, y sentar
las bases para conseguir una democracia mejor”. Cuanto más, una
representante pública de un partido progresista, futura presidente de
una importante Comunidad. Tengo la sutil sensación de que Susana Díaz,
como otros muchos miembros del partido de la oposición, debería de hacer
uno de esos cursos.
Coral Bravo es Doctora en Filología
Susana Díaz PSOE