Tutera: Homenaje a Gladys del Estal en el aniversario de su asesinato a manos de la Guardia Civil
Animan a "seguir con la lucha" como mejor homenaje a Gladys Del Estal.
Gladys del Estal tenía 20 años cuando en el año 1976, junto a otras compañeras, constituyó en Donosti el Grupo Ecologista de Eguía-Egiako Ekologista Taldea. Siempre fue una ecologista, pero desde siempre tuvo claro que había que organizarse para ser más eficaz que trabajando en solitario. Y eso que ella era muy solitaria y reflexiva.
Gladys era una enamorada de la vida. Trabajaba en una tienda de ropa, en la Avenida de San Sebastián, manteniendo los sistemas técnicos de la tienda: bases de datos, facturas… pero su gran ilusión era empezar a estudiar Biológicas.
Con ella, sus compañeros fueron descubriendo el significado de "emisiones de CO2", "gases de efecto invernadero" y el significado de "calentamiento global" en fecha tan temprana como 1977.
Fue una militante muy activa, que viajaba de pueblo en pueblo ayudando a crear comités antinucleares , con el objetivo de tener una costa vasca libre de nucleares. Gladys estaba absolutamente dispuesta a estudiar y a trabajar para que se antepusieran valores de equidad y respeto a la vida y al interés común, de respeto a la Naturaleza y a las personas, frente a los intereses particulares de rentabilidad de las eléctricas y sus centrales nucleares.
El día 3 de junio de 1979, en Tudela se había convocado una jornada reivindicativa y festiva, antinuclear y contra el polígono de tiro de las Bardenas, a la que acudieron Gladys y sus compañeros, y tras las cargas policiales que se produjeron el el paseo del Prao, se llevó a cabo una sentada pacífica para protestar. Fue allí donde un número de la guardia civil disparó a Gladys a bocajarro provocándole la muerte, arrebatándole la vida que con tanta energía defendía.
"El mejor homenaje que podemos ofrecerle a Gladys hoy es continúar la lucha. Las agresiones a nuestra tierra siguen siendo cada vez más sangrantes. El polígono de tiro de las Bardenas, las térmicas de Castejón, los monstruosos molinos de viento, el tren de alta velocidad, el pantano de Yesa, Garoña, y el ahora el Fracking, que proyectan realizar en el Ebro amenazan nuestra tierra. Nosotrxs también compartimos las ideas de Gladys, la defensa de la naturaleza, de nuestra tierra y la creencia de que sólo a través de la respuesta organizada, se puede hacer frente a este tipo de barbarie. Explicar y denunciar la devastación y destrucción que implican estos mega proyectos enérgéticos es sólo el primer paso en esta lucha, aunar fuerzas y aprender a digirlas sin desgastarnos, para hacerle frente al poder económico que las impone, es nuestra obligación", afirmaron ayer los y las convocantes del homenaje a Gladys
Gladys del Estal tenía 20 años cuando en el año 1976, junto a otras compañeras, constituyó en Donosti el Grupo Ecologista de Eguía-Egiako Ekologista Taldea. Siempre fue una ecologista, pero desde siempre tuvo claro que había que organizarse para ser más eficaz que trabajando en solitario. Y eso que ella era muy solitaria y reflexiva.
Gladys era una enamorada de la vida. Trabajaba en una tienda de ropa, en la Avenida de San Sebastián, manteniendo los sistemas técnicos de la tienda: bases de datos, facturas… pero su gran ilusión era empezar a estudiar Biológicas.
Con ella, sus compañeros fueron descubriendo el significado de "emisiones de CO2", "gases de efecto invernadero" y el significado de "calentamiento global" en fecha tan temprana como 1977.
Fue una militante muy activa, que viajaba de pueblo en pueblo ayudando a crear comités antinucleares , con el objetivo de tener una costa vasca libre de nucleares. Gladys estaba absolutamente dispuesta a estudiar y a trabajar para que se antepusieran valores de equidad y respeto a la vida y al interés común, de respeto a la Naturaleza y a las personas, frente a los intereses particulares de rentabilidad de las eléctricas y sus centrales nucleares.
El día 3 de junio de 1979, en Tudela se había convocado una jornada reivindicativa y festiva, antinuclear y contra el polígono de tiro de las Bardenas, a la que acudieron Gladys y sus compañeros, y tras las cargas policiales que se produjeron el el paseo del Prao, se llevó a cabo una sentada pacífica para protestar. Fue allí donde un número de la guardia civil disparó a Gladys a bocajarro provocándole la muerte, arrebatándole la vida que con tanta energía defendía.
"El mejor homenaje que podemos ofrecerle a Gladys hoy es continúar la lucha. Las agresiones a nuestra tierra siguen siendo cada vez más sangrantes. El polígono de tiro de las Bardenas, las térmicas de Castejón, los monstruosos molinos de viento, el tren de alta velocidad, el pantano de Yesa, Garoña, y el ahora el Fracking, que proyectan realizar en el Ebro amenazan nuestra tierra. Nosotrxs también compartimos las ideas de Gladys, la defensa de la naturaleza, de nuestra tierra y la creencia de que sólo a través de la respuesta organizada, se puede hacer frente a este tipo de barbarie. Explicar y denunciar la devastación y destrucción que implican estos mega proyectos enérgéticos es sólo el primer paso en esta lucha, aunar fuerzas y aprender a digirlas sin desgastarnos, para hacerle frente al poder económico que las impone, es nuestra obligación", afirmaron ayer los y las convocantes del homenaje a Gladys