Opinión
Coral Bravo
Retazos
Mafia y picaresca
06/06/2013
* * * * 15 votos
“Nos gobierna la mafia” era la portada del pasado enero de la revista El Jueves.
Y es que
seguir la actualidad política en este país se está
convirtiendo en una verdadera escuela de picaresca y criminología. Los
titulares que nos regala la actualidad, día a día, nos informan sobre
ruindades y fechorías mil; cualquier cosa imaginable que no sean
actuaciones concretas por parte del Estado destinadas al bien común y
democrático. Esto último, con el actual gobierno, parece que pasó a la
historia.
Cualquiera que pretenda volverse experto en las técnicas y artes
mafiosas no tiene más que seguir la actualidad política y social en
España. Aprenderá a mentir, a engañar, a hacer donaciones millonarias al
clero mientras empobrece a marchas forzadas a los ciudadanos, a crear
redes corruptas, supuestas financiaciones fraudulentas e ilegales, a
fundar asociaciones satélites para camuflar subvenciones, a inventar mil
modos y maneras de estafar el dinero público, a vivir en el lujo
disparatado a cargo del dinero ajeno, a recibir regalos millonarios de
tramas de guante blanco, a choricear a diestro y siniestro en nombre de
la divinidad o de la supuesta realeza, a abrir cuentas millonarias en
paraísos fiscales, a pagar comuniones a destajo sin soltar un duro, a
tener en el garaje coches de superlujo fantasmas, a construir
aeropuertos fantasmas, valga la redundancia; a mover cuentas de dinero
negro controladas por tesoreros con aspecto de amigo íntimo de Al
Capone; me refiero, como todos intuirán, al ex tesorero del PP, quien,
por cierto, llegó a ingresar en Suiza 3,8 millones de euros en efectivo;
a recibir y entregar comisiones a destajo a cambio de favores, a
mantener en el poder a gobiernos que no hay por donde coger si no es con
pinzas esterilizadas (y con mascarilla)…
¡¡Eso sí!! La moral, lo primero; como manda el patriotismo, la
religión y la tradición. Y en nombre de esa su moral, a empobrecer y
conducir hacia la desesperación a los ciudadanos. A dejarles sin
trabajo. A robarles el futuro. A hacer que se suiciden porque pierden
sus casas, a hacer que enfermen y mueran los que son inmigrantes, o
pobres, o parados, porque la sanidad ha dejado de ser universal y está
siendo desmantelada. Total, la salud que importa es la de los ricos, y
esos ya tienen la privada, un gran negocio. Además, siempre pueden
acudir al rezo, la mejor terapia de relajación para las mentes
desquiciadas.
Y a dejarnos de tanta educación pública y tanta pamplina, que la
buena es la religiosa, la que idiotiza y adoctrina, y a ésa hay que
subvencionarla con el dinero de todos, que es la que formará a los
futuros adeptos acríticos al sistema neoliberal. Y a meter religión en
lugar de filosofía en la pública, que los filósofos no son de fiar. Y a
comer yogures caducados, y a ducharse con agua fría, que hay que ahorrar
energía. ¿Y ese despilfarro de las ambulancias y el agua gratis a los
enfermos? Y los niños, al cole con las tarteras ¿a dónde iríamos a
llegar? Y las pensiones, a revisarlas, que importa un pimiento que el
12% de los pensionistas no puedan ni costear sus medicinas ¿Qué es eso
de pagar dinero a enfermos, a discapacitados, a pensionistas, que no
rinden y no nos aumentan los ingresos de las arcas públicas? Casi mejor
que se mueran, y no sean una carga para el país ¡Con lo caros que están
el Moët & Chandon, los yates y el caviar iraní!
¿Y la cultura? Ah ¡la cultura! Esas mandangas del cine, del teatro,
de la música, de la literatura, del arte…; eso es cosa de cómicos y
titiriteros. A subirles el IVA y a dejarles sin subvenciones, y a cerrar
cines y teatros, que el cine y el teatro no dan dinero; que, además, la
gente que piensa mucho sólo da problemas y lo cuestiona todo, y hasta
se vuelven ciegos o tontos, que ya nos lo decían los curas y los
maestros nacional católicos. Pensar, lo justo, que hay que ahorrar en
sanidad. Cultura son los toros; eso sí es cultura, y arte. Donde se
ponga una buena estocada bien sangrante, cuanta más sangre mejor, en el
lomo de un buen miura que se quiten esas milongas de Kafkas, Byrons,
Baudelaires o Dostoievkys.
España, como dios manda, y volverá a ser la que era, la España cañí
anhelada y patria. La España de mantilla y sacristía. La España devota
de Frascuelo y de María.
Así las cosas, parece haber resucitado en todo su esplendor la
picaresca del XVII. La diferencia es que aquellos pícaros de hace cuatro
siglos luchaban por sobrevivir a la miseria. Los de ahora no ven fin a
su ambición a costa de la miseria ajena.
¡Ay, si Quevedo levantara la cabeza!