domingo, 8 de septiembre de 2013
LOS QUE VAN A SER SANTOS
LA IGLESIA CONTRA
LA REPUBLICA
El 14 de abril
de 1931, será para muchos de nosotros un día que siempre vivirá en nuestro
corazón, vino la Republica, la gente se echo a la calle para mostrar la alegría
de haber podido acabar con la monarquía simplemente con sus votos, como debe
hacerse en una democracia, fue un día de gozo, pero no para todos. El Borbón se
marcho sin que nadie le molestara, sin que nadie le echara en cara sus crímenes
y delitos, pero inmediatamente comenzaron las conspiraciones para acabar con
nuestra niña bonita, hablaremos aquí de lo que comploto la” Santísima Madre
Iglesia” contra ella.
Desde que
Constantino dio todo poder a la Iglesia la unión entre el Trono, el Altar y el
Ejercito, no ha sido nunca desmentida, veamos
lo que decía Monseñor Benlloch en 1894, conocido por haber llegado al
obispado gracias a los favores de una tía del rey Alfonso XIII. Durante un
Congreso Católico celebrado en una ciudad catalana, acabo su intervención con
estas palabras dirigidas a los militares
allí presentes “Vosotros lleváis la cruz en el cinto. Nosotros la llevamos
sobre el pecho. Y es gracias a vuestro apoyo que nosotros podemos hacer
triunfar la cruz contra las herejías de todos los tiempos.”
No haría falta
mucho tiempo para que la Iglesia conspirara con los militares para acabar con
los herejes, con los republicanos, con nosotros.
La Iglesia
siempre ha considerado que la Monarquía era necesaria para asentar su poder y
desde siempre odió todo lo que fuera poder popular, democracia y República, no
solo en España, sino en todos los países del universo mundo.
La República
Española vivió cinco años hostilizada constantemente por las derechas, veamos
lo que decía Gomá, de triste recuerdo, en el
Congreso Eucarístico de Buenos Aires en el año 1934, dos años antes de
la insurrección militar.
El entonces
arzobispo de Toledo se expresó así
“Contemplemos como en la vieja Europa solo emergen sobre el mar que ha
sepultado las democracias, las altas cumbres de las dictaduras”
Entre los
asistentes al Congreso se hallaba el cardenal Pacelli secretario de Pío XI, mas
tarde Pío XII y que estuvo totalmente de acuerdo con las palabras de Gomá, es
posible que aprovecharan del encuentro para poner al día sus conspiraciones
contra la joven República.
Hablemos un poco
de este Gomá, enemigo jurado de la Republica, como toda las jerarquías de la
Iglesia, esta recibía sus cargos de la mano del rey y no soportaba otro régimen
que no fuera el monárquico, para ella todo lo que fuera separación de la
Iglesia y del estado, enseñanza que no pasara por sus manos, libertad e
igualdad era insoportable, ya que mermaba su poder, ahora es lo mismo, no han
cambiado.
Volvamos a
nuestro personaje, nacido catalán, del Campo de Tarragona fue un fanático
nacionalista, algunos creen que fue esto lo que llevo a sus superiores a
nombrarle arzobispo de Toledo.
La sublevación
militar de la que el fue uno de los principales artífices le sorprendió en
Navarra, allí pudo gozar de la hospitalidad del obispo Olaochea, luego
arzobispo de Valencia, y allí pudo constatar, con alegría, como los curas
navarros instruían e hacían instruir a los jóvenes para la insurrección, a
algunos los mandaban a Italia para que aprendieran de los fascistas de allí.
Había incluso sacerdotes navarros que se dedicaban a la apostólica tarea de
fabricar bombas. Se ha probado que esta preparación comenzó desde la
proclamación de la Republica.
Si hablamos de Gomá es porque este triste personaje fue
el inventor de la Santa Cruzada, así llamó a la sublevación asesina, y este siniestro
título fue aprobado por los papas sucesivos y ha pasado a la historia, los
rebeldes exterminadores eran cruzados y
podían permitirse todos los desmanes en nombre de Dios.
Sus fechorías no
acabaron ahí, fue el que tomo la iniciativa de la Carta Pastoral colectiva de
los obispos españoles en junio 1937, que
obedecían a una orden del asesino general
Franco.
Este documento
episcopal, tenía como objeto informar a todos los obispos del mundo sobre el
deber sagrado de apoyar la cruzada contra la República.
La emoción del
mundo católico fue grande, así como su total aprobación. Una de sus
consecuencias fue que a los republicanos se nos considero como hijos del diablo
en muchos sitios, cuando los refugiados de la retirada pasaron a Francia, las
gentes, alertadas por los periódicos católicos venían a ver si teníamos rabo.
No debe
extrañarnos a la vista todos estos hechos, el comportamiento brutal de curas y
fieles, todo podía permitirse contra los
republicanos, torturas, fusilamientos, violaciones y asesinatos. Los curas
fueron el grueso de la quinta columna, en sus conventos escondían las armas
preparando la insurrección, desde los campanarios disparaban contra el pueblo,
el ejemplo venia de alto, de sus jerarquías. De todo esto nadie les ha pedido cuentas
hasta ahora.
Los curas,
obispos y cardenales no han cambiado, con el dinero de nuestros impuestos
construyen Basílicas a sus menguadas victimas sin pedir perdón por los ciento
de miles de inocentes que fueron
inmolados a su dios.
Siguen gritando
y despotricando contra el régimen democrático culpable de no darles el poder
absoluto que desean. No olvidemos lo que hicieron, porque si pudieran lo
volverían a hacer.
Viva la
República
Milagros Riera