“Billy el Niño era un animal, un salvaje que disfrutaba pegando”
Víctimas de las torturas y palizas cometidas por el ex agente de la Brigada Político y Social Juan Antonio González Pacheco y por el ex escolta de Franco Celso Galván relatan a Público su experiencia
ALEJANDRO TORRÚS, Diario Público, Madrid 19/09/2013
La orden de búsqueda y captura internacional contra cuatro presuntos torturadores
del régimen de Franco emitida por la Justicia argentina marca un antes y
un después en la lucha contra la impunidad de la dictadura franquista.
Los abogados de la querella argentina no dudan en señalar que las
órdenes convierten el día de ayer, miércoles, en un día histórico.
Sin embargo, más allá de la lucha
global, la actuación de la Justicia argentina adquiere una relevancia
especial para las víctimas de los presuntos torturadores. Aquellos que,
estando Franco todavía vivo, se jugaron la vida en la lucha por una
España democrática y que sufrieron las torturas de los hombres de la
dictadura.
Público ha contactado con algunas de
estas personas y ha recopilado sus testimonios. La emoción aún marca sus
palabras cuando recuerdas los interrogatorios sufridos con Antonio
González Pacheco, alias Billy el Niño, como interrogador y con la
aparición esporádica de Celso Galván, escolta de Franco. El nombre de Billy el Niño aparece hasta en 16 querellas. Estos son algunos de sus víctimas.
Luis Pérez: “Me sacó por la ventana sujetándome por los pies”
“Era un hombre muy corpulento cuyo gesto siempre mostraba desprecio”
Luis Pérez es en la actualidad el
presidente de la asociación de expresos del franquismo. Estuvo siete
años en prisión por pertenencia a partido político en calidad de
dirigente. Durante la década de los 60 fue un miembro destacado del
comité central del Partido Comunista. A pesar del paso del tiempo
recuerda a la perfección a Billy el Niño. “Era un animal. Un salvaje,
que disfrutaba pegando. Era un hombre muy corpulento cuyo gesto siempre
mostraba desprecio. Me pegó hasta la saciedad“, relata a Público Pérez.
Luis fue detenido el 23 de abril de 1967
y fue llevado a la Dirección General de Seguridad, donde permaneció 72
horas, esposado y sin apenas comer. Allí conoció a Billy el Niño. “Billy pasaba por al lado de mi celda cada equis tiempo y me decía: ‘Hombre, qué de tiempo sin vernos’ y me daba una nueva paliza. Así durante todo el tiempo”, recuerda Pérez.
No obstante, la peor experiencia que vivió con Billy el Niño la tuvo en la misma ventana desde donde lanzaron a Julián Grimau. Billy el Niño
lo agarró por los pies y sacó todo el cuerpo de Luis por la ventana.
“Te vamos a dejar caer como hicimos con Julián”, le decía el torturador,
según relata Luis, que califica a Billy el Niño como un hombre de una
“brutalidad extraordinaria”.
María Rumín: “Me partió la cara a puñetazos”
María Rumín tenía 17
años cuando fue detenida por la policía franquista. Militaba en la
Enseñanza Media de las Juventudes Comunistas. En febrero de 1975, junto
con otros compañeros, María se sumó a una acción en defensa de la
escuela pública gratuita y de calidad. La acción consistía en contar el
tráfico con una cadena en la Plaza del Parterre (Carabanchel). Lo que
María y sus compañeros no sabían es que en sus filas había un infiltrado
de la Brigada Político y Social. Minutos antes de iniciar la acción
todos ellos fueron detenidos.
“Sólo de oír el nombre de Billy el Niño se me ponen los pelos de punta”María estuvo tres días detenida en la comisaría de la Puerta del Sol. Nadie avisó a su familia y nadie dio información sobre su paradero durante esos tres días. “Todavía se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo aquellos días. Sólo de oír el nombre de Billy el Niño se me ponen los pelos de punta”, asegura.
A pesar de ser menor de edad, María
asegura que fue abofeteada y pateada durante los interrogatorios para
forzar que delatara a sus compañeros. “Billy el Niño me partió la cara a puñetazos”, relata. “Cuantas más preguntas me hacían y más silencio guardaba yo, más puñetazos me daban. Recuerdo su cara. Parecía que disfrutaba con aquello. Tenía como una cara de gusto”, asegura.
A los tres días de estar detenida en la
Dirección General de Seguridad, María fue liberada. Al entregarle sus
pertenencias descubrió que le habían robado hasta el poco dinero que
llevaba en la cartera. “Ni siquiera podía denunciar. ¿A quién iba a ir?
¿Al Estado que consentía las torturas?, sentencia María.
Felisa ‘Kutxi’ Echegoyen: “La primera noche fue terrible”
Felisa fue detenida el 8 de octubre de 1974. Tenía 26 años. Estaba en su casa cuando cinco policías, entre ellos Billy el Niño
irrumpieron a golpes. “Me cogieron de los pelos y me llevaron hasta la
ventana. Me pusieron de espaldas a ella y comenzaron a interrogarme y a
golpearme. Pensé que me iban a lanzar”, relata a Público. Presa del pánico, Felisa comenzó a gritar pidiendo auxilio. Billy el Niño cogió un pañuelo y se lo metió en la boca a golpes.
Registraron toda su casa en busca de una máquina multicopista.
Sin embargo, en su casa no había nada salvo los restos de haber estado
quemando toda la propaganda que poseía. Felisa formaba parte de la Liga
Comunista Revolucionaria. Junto a ella habían detenido a otros siete
miembros de la organización.
“La primera noche fue terrible. La pasé
entre golpes, palizas y careos con otros detenidos. Negué conocer a
todos ellos, menos a uno. Era mi marido”, relata María, que señala que
el segundo día cayó presa del pánico y sufrió un ataque de nervios que
la dejó completamente rígida. “Los policías se asustaron porque no me movía y me llevaron al médico. Gracias a eso, el segundo y el tercer día no me pegaron. Se ocuparon de mí los policías que hacían de ‘buenos’”, recuerda.
El tercer día los policías le pasaron su
declaración para que la firmara. La leyó, vio que todo estaba en orden y
firmó justo tras el punto final de la declaración. “Si dejaba solo un
pequeño espacio en blanco sabía que la falsearían cuando me fuera”,
explica. “Mira la niña. Parecía tonta pero sabe donde tiene que firmar”,
le espetaron los policías. Felisa fue condenada a prisión, pero sólo estuvo tres meses en la cárcel porque fue beneficiada de la amnistía aplicada a los presos por la proclamación del rey Juan Carlos.
José María ‘Chato’ Galante: “Intentaron ahogarme para que ‘cantara’”
Chato Galante es miembro de la asociación de expresos del franquismo La comuna.
Su dedicación y trabajo han resultado fundamentales para el éxito de la
querella argentina. Sin embargo, su lucha por una España más
democrática viene desde los años 60, cuando luchaba desde la universidad
contra el régimen de Franco.
“Me obligaron a hacer el pato. ¿En qué consistía? En caminar de puntillas cuando tenías los tobillos esposados desde atrás”Chato fue
detenido en el año 1969 cuando formaba parte de los comités de acción
de la Universidad Politécnica de Madrid. Era su segunda detención y fue
llevado hasta la Dirección General de Seguridad. Allí apareció Celso Galván, escolta del propio Franco y más tarde del rey Juan Carlos y, según los testimonios, un torturador de primera.
“Celso no estaba inscrito a ninguno de
los grupos de la Brigada Político y Social, pero estaba allí casi
siempre. Según los testimonios, es el autor del disparo que mató al estudiante Enrique Ruano“,
señala Galante, que asegura que su paso por comisaría no fue más que lo
habitual durante aquella época. “Intentaron ahogarme para que cantara y
después me obligaron a hacer el pato. ¿En qué consistía? En caminar de
puntillas cuando tenías los tobillos esposados desde atrás. Era muy duro
caminar así y yo no podía, por lo que me atizaban el doble”, sentencia
Chato.