Siria parece haber eliminado a Bandar ben Sultan en represalia por el atentado de Damasco
Red Voltaire
Aunque las autoridades de Arabia Saudita no han
anunciado aún la noticia, la muerte del príncipe Bandar ben Sultan ben
Abdelaziz Al Saud acaba de ser confirmada a la Red Voltaire por una fuente oficiosa.
El príncipe Bandar acababa de ser nombrado jefe de los servicios secretos
de Arabia Saudita el 24 de julio de 2012, promoción interpretada como
una recompensa por haber organizado el atentado perpetrado en Damasco el
18 de julio. Aquel día, los servicios secretos de Arabia Saudita, con
el apoyo logístico de la CIA, lograron volar la sede de la Seguridad
Nacional siria mientras se reunía allí el grupo sirio de crisis. Los
generales Assef Chaukat, Daoud Rajha y Hassan Tourkmani murieron en
aquel atentado y el general Hicham Ikhtiar fallecie poco después a causa
de sus heridas. Aquella operación, designada como «Volcán de Damasco»,
dio además la señal de ataque contra la capital siria a un ejército de
mercenarios, provenientes en su mayoría de Jordania.
El 26 de julio, el propio príncipe Bandar fue víctima de un atentado
con bomba, reportado por los medios yemenitas. Al parecer, el príncipe
falleció posteriormente a causa de la gravedad de sus heridas.
Personaje brillante y cínico, el príncipe Bandar tenía 63 años. Era
hijo del príncipe Sultan (quien se mantuvo inamovible como ministro de
Defensa de Arabia Saudita desde 1963 hasta su fallecimiento, en 2011) y
de una esclava. Hombre de confianza del rey Fadh, Bandar fue embajador
del monarca en Washington durante todo su reinado, de 1983 a 2005. Como
embajador en Washington, Bandar ben Sultan se vinculó con George H.
Bush, siendo este último vicepresidente de Estados Unidos. El príncipe
se convirtió incluso para Bush padre en un «hijo adoptivo», a tal punto
que la prensa estadounidense comenzó a llamarlo «Bandar Bush». Verdadero
genio en materia de acción secreta, el príncipe Bandar organizó el
contrato armamentista Al-Yamamah, logrando malversar así más de mil
millones de libras esterlinas, según las fuentes oficiales británicas.
Utilizó ese dinero, y muchas otras sumas, para financiar el accionar a
través del mundo de diversos grupos yihadistas, entre los que se
encuentra al-Qaeda.
A principios de 2010, el príncipe Bandar trató de derrocar al rey
Abdala para poner en el trono a su propio padre, el príncipe Sultan. El
complot fracasó y Bandar fue expulsado del reino, pero al declinar la
salud del actual monarca, el príncipe Bandar logró volver a Arabia
Saudita un año más tarde. Desde el fallecimiento del príncipe Sultan,
Bandar se había convertido en el jefe de facto de la casa de los Sudairis, que es el clan de los halcones en el seno de la familia real de Arabia Saudita.
La muerte del príncipe Bandar constituye un terrible golpe para todo
el dispositivo de acción secreta de los occidentales en el mundo
musulmán. En sólo una semana, Siria parece haber montado una
espectacular operación de represalia.