El Imperio y sus aliados quieren dominar al mundo mediante el
terror. Sometidos al sionismo, amenazan a Siria y le niegan a Irán que
desarrolle su energía nuclear, y Teherán amenaza con cerrar el Estrecho
de Ormuz.
1-. LA GUERRA APLAZADA
Solo la presencia de la marina de guerra de la Federación Rusa en las aguas de Siria y el puerto de Tartus,
ha impedido que el régimen terrorista de Estados Unidos y sus cómplices
de la OTAN hayan cometido contra el pueblo sirio el inmenso crimen que
perpetraron contra el pueblo de Libia.
La historia prueba que el Imperio sólo
le ha hecho la guerra a países que contaban con fuerzas inferiores,
porque cuando éstas eran similares, no se atrevió a enfrentarse,
directamente, a ellos hasta después que les bombardeó casi todas sus
ciudades, matando a millones de civiles inocentes.
Aun en la propia Guerra Civil, las
tropas yankis perpetraron numerosas masacres de la población civil en
Atlanta, Charleston, Columbia y otras ciudades, antes de enfrentarse, de
lleno, a los confederados.
Cuando el Imperio invadió la Florida en
1816 y atacó a México en 1846 y se robó a Hawai en 1893 y asesinó en el
Maine a 260 de sus propios marinos para ir a la guerra contra la lejana
España en la cercana Cuba, sabía que sus posibilidades de ganar eran
absolutas, pero en la Primera Guerra Mundial se enfrentaba a un poderío
formidable, el de las fuerzas alemanas, austro-húngaras, otomanas y
búlgaras, por eso no entró en la guerra hasta tres años después de
iniciada.
En la Segunda Guerra Mundial no llegó a
Europa hasta 1944, a pesar de que sus aliados
rogaban que lo
hicieran desde el 41, y en la guerra con Japón no invadió sus cuatro
grandes islas ni siquiera al final de la guerra, después de perpetrar
las mayores masacres de la historia, entre ellas el gran bombardeo
incendiario al barrio obrero de Tokío en el que quemaron vivos a más de
150,000 seres humanos, en más de un 95% mujeres, viejos y niños, y los
bombardeos nucleares a Hiroshima y Nagasaki en los que quemaron vivos a
más de 130,000 seres humanos, casi todos civiles inocentes también, y
provocaron la muerte posterior de unas 100,000 personas más.
En Corea, los yankis avanzaron cuando la
guerra era contra los coreanos, pero cuando los chinos intervinieron,
no dejaron de huir desde el Yalú hasta el Paralelo 38, rompiendo todas
las marcas de carrera a larga distancia. El Comité Olímpico
Internacional debió concederle a los yankis unas setenta medallas de oro
por aquella hazaña.
En Vietnam sucedió lo mismo y ahora huye
de Irak después de asesinarle a cientos de miles de seres humanos, en
su mayoría civiles no-combatientes. Lo mismo le pasará en Afganistán,
guerra que el Imperio ha perdido moral, política y militarmente.
Ahora vemos que unos marinos orinan
sobre los cadáveres de los héroes y hasta el presidente-cipayo Hamid
Karzai tiene que condenar esa barbarie.
De esa historia de gran terror y aun más grande cobardía
pudiéramos mencionar muchos otros ejemplos, pero abreviemos diciendo
que el Imperio sólo lucha de frente cuando el enemigo es débil y tiembla
como rata acosada cuando no lo es.
Los dirigentes rusos hicieron muy bien
en recuperar todas las armas nucleares que habían colocado en varias
repúblicas soviéticas porque, tal vez, sabían que un día no lejano, el
Imperio y sus cómplices tratarían de dominar al mundo.
Se sabe que el arsenal nuclear de Rusia
es mayor que el de Estados Unidos, con unas 11,000 bombas en total y
unas 2,430 activas –EU tiene unas 8,500 en total, con unas 1,950
activas--.
Toda persona sensible tiene que odiar
las armas nucleares, pero debe entender, asimismo, que los pueblos
tienen que defenderse contra la excesiva ferocidad de los países que
unidos al Imperio pretenden convertir al mundo en una colonia.
2-. LA GUERRA QUE, TAL VEZ, NO SE PUEDA APLAZAR
El Imperio convirtió a Israel en la
tercera potencia nuclear del mundo, ya que se cree que tenga unas 320
bombas atómicas, unas cuantas más que Francia, pero se opone a que Irán
tenga una sola y, aun más, que desarrolle su energía nuclear con fines
pacíficos.
(¿Acaso los israelitas tienen ese
derecho porque son El Pueblo Escogido? Pero ¿escogido por quién, cuándo,
cómo, dónde? Y, sobre todo, ¿por qué?)
Se ha dicho esto otras veces: aun cuando
Irán decidiese construir, en los próximos meses o años, sus primeras
bombas nucleares, éstas serían mucho menos poderosas que las de Israel. O
sea que siempre Irán estaría muchos años por detrás de Israel en este
sentido, porque, al tener aquél sus primeras bombas, éste, con el apoyo
directo del Imperio, aumentaría la construcción de otros cientos de
bombas y siempre tendría una ventaja considerable sobre Irán y muchos
otros países, con excepción de dos.
Es absurdo y caprichoso creer que un país va a atacar a otro que tenga un poderío nuclear mucho más poderoso.
Ya la terrorista nuclear en potencia
Hillary Clinton amenazó una vez a Irán con desaparecerla de la faz de la
Tierra con bombas nucleares si atacaba con bombas convencionales a
Israel. Se supone, por supuesto, que el Imperio llevaría a cabo esa
amenaza si Irán lanza sobre Israel un solo cohete con una sola bomba
nuclear, aunque ésta fuese sólo como la de Hiroshima.
¿Por qué el Imperio y los sionistas tienen que proclamar, caprichosamente, que los iraníes son suicidas?
Por supuesto que todo esto de la energía
nuclear es un pretexto que están utilizando el Imperio y las potencias
capitalistas para robarle el petróleo a Irán, cuarto productor mundial y
tercer exportador.
En ese plan diabólico, el Imperio y sus
secuaces pudieran agredir, también, a Venezuela, Nigeria y Kazajstán,
tres grandes productores, y a otros países petroleros. Como lo harían,
también, con Cuba si se descubre un gran yacimiento de petróleo en la
amplia plataforma marítima del archipiélago.
El Imperio yanki-sionista, sin embargo,
no deja de amenazarlo e Irán, por su parte, declara que para protegerse
de un ataque directo de los barcos de guerra del Imperio, pudiera cerrar
con sus propios barcos el Estrecho de Ormuz, que va de Irán a los
Emiratos Arabes Unidos y al exclave omaní de Musandam y tiene un ancho
de unos 60 a 100 kilómetros.
Es el Imperio yanki-sionista el que está
atacando a Irán, no al revés. Lo acabamos de ver hace dos o tres días
cuando terroristas, al servicio del sionismo, asesinaron en Teherán al
joven profesor Mustafa Ahmadi Roshan, uno de los prominentes científicos que trabajan en Natanz, una de las plantas que desarrolla la energía nuclear.
Así como en enero del 2010, otro terrorista al servicio del sionismo asesinó a Masud Ali Mohamadi, un profesor universitario de Física, relacionado con las tareas de energía nuclear.
En noviembre del propio año, otro esbirro sionista, asesinó al científico de alto nivel Majid Shahriari que cooperaba con la OIEA –Organización Internacional de la Energía Atómica--, e hirió a otro científico, Fereidoun Abbasi.
No se debe abusar de la paciencia de los
gobernantes iraníes: por menos de las agresiones que han recibido,
muchos otros países han ido a la guerra.
.
Si Irán cierra el Estrecho de Ormuz va a
haber un conflicto tan grave que pudiera convertirse en una guerra
internacional de la que no se puede descartar que podría llegar a ser
nuclear.
Como hemos visto otras veces, sólo la
explosión de 200 ó 300 bombas nucleares, de un cuarto de megatón cada
una por ejemplo, pudiera lanzar al firmamento tal cantidad de fragmentos
que bloquearía la energía, o sea el calor, que nos llega del sol,
provocando lo que se ha dado en llamar el Invierno Nuclear, que en unos meses pudiera acabar con la vida vegetal y animal en nuestro planeta.
LENIN EVITA LA GUERRA CON GEORGIA
El Diario de la Historia, París, 24 de diciembre de 1920.
Una fuente autorizada del gobierno ruso dijo hoy, en esta ciudad, que
el conflicto entre Georgia y Rusia ha llegado a un punto en que una
guerra parece inevitable, aunque el máximo líder revolucionario Vladimir Ilitch Lenin
trata de convencer a jefes militares y dirigentes políticos de su país
que se debe evitar una nueva guerra que agravaría aún más la gran
tragedia que ha vivido el pueblo ruso a través de la guerra mundial, la
Revolución y la guerra civil, en que han muerto millones de ciudadanos.
En este nuevo conflicto, arguye Lenin, Georgia pudiera contar con el
apoyo de “las fuerzas imperialistas de Europa y América que tratan de
destruir nuestra gran Revolución”.
Los argumentos de la violencia
De acuerdo al Kremlin, Georgia ha cometido varios actos de agresión intolerable. Hace dos semanas, la policía de Tiblis,
la capital georgiana, arrestó a todos los rusos que no tenían
documentos de identidad o carecían de trabajo o fuentes normales de
ingreso, y acusó a algunos de ser agentes bolcheviques que tratan de
fomentar una revolución comunista en Georgia, de acuerdo con Rusia y
Armenia, república caucásica adonde ya existe un gobierno socialista.
Los detenidos fueron obligados por la
policía georgiana a cortar madera en los bosques cercanos a Tiblis, a
pesar de que ningún juez los había condenado a realizar ese tipo de
trabajo.
El gobierno de Georgia se ha negado, además, a devolver los tres barcos que fueron utilizados por el barón Pyotr Nikolayevich Wrangel en la guerra civil que los ejércitos blancos libraron contra el gobierno de Lenin.
El
general Wrangel era oficial de la guardia imperial del zar Nicolás II y
dirigió una división de cosacos durante la guerra mundial. Cuando el
general Lavr Kornilov fue arrestado, tras el fallido golpe al primer ministro Aleksandr Kerensky, en agosto de 1917, Wrangel renunció a su mando y se retiró a Crimea.
Durante
la guerra civil, que comenzó después de la Revolución de Octubre en que
los bolcheviques tomaron el poder en Petrogrado --nombre que a partir
de 1914 adoptó San Petersburgo, entonces capital de Rusia por más de dos
siglos--, Wrangel se unió a las fuerzas del general Anton Deniken
y capturó Tsaritsyn, hoy Volgogrado. Al renunciar Deniken, el general
Wrangel trató de mantener la lucha en Crimea, pero fue, finalmente,
vencido por el Ejército Rojo hace un mes y tuvo que ser evacuado a
Constantinopla.
El
Kremlin le pidió al gobierno de Tiblis, además, que le diera seguridad
para que no fueran hostilizados por las potencias europeas los barcos
rusos que entraran en ese país. La respuesta del gobierno georgiano fue
la de movilizar a sus fuerzas armadas y a los combatientes voluntarios,
no devolver los barcos del general Wrangel, no hacer nada para que los
destructores de las potencias europeas hostilizaran a los barcos rusos,
seguir arrestando a los rusos sospechosos e ilegales y acusar al Kremlin
de tratar de tomar el poder en Georgia a través de sus agentes en el
país.
Según el gobierno de Tiblis, dirige ese plan Ioseb Jughashvili, un georgiano que, con el nombre de Ioseb Stalin,
es hoy uno de los principales dirigentes del gobierno ruso, miembro del
Politburó del Partido Bolchevique, en el poder, integrado por siete
miembros, y Ministro de Nacionalidades, que intenta recuperar todos los
territorios dominados por Rusia en la era de los Romanov para
organizarlos bajo el nuevo mando bolchevique y fundar una especie de
unión de repúblicas comunistas gobernada por el Kremlin.
En la lucha de las diversas facciones socialistas y liberales contra el régimen imperial de los Romanov,
Stalin realizó algunas acciones violentas en las montañas del Cáucaso,
con el propósito de engrosar los fondos de la Revolución; pero ya desde
antes de la caída del Zar se había establecido en Petrogrado y formaba
parte de la dirección de Pravda, el periódico fundado en 1912
que, tolerado al principio por Nicolás II, tuvo que sumirse en la
clandestinidad hasta el triunfo bolchevique de octubre del 17.
Guerra y Paz
Georgia
formó parte del Imperio Ruso hasta que, después de la caída del Zar,
declaró su independencia para formar parte inicial de la República
Federativa Transcaucásica, hasta que ésta fue abolida y el país obtuvo
su total independencia, el 26 de mayo de 1918.
Ya desde enero del 17, unas semanas antes de la Revolución de Marzo, que derrocó al Zar, el profesor Mijeil Tsereteli organizó un comité que decidiría el futuro de Georgia ante los graves hechos que se desarrollaban en Petrogrado y toda Rusia.
El
gobierno original estuvo integrado por social-demócratas,
social-revolucionarios y social-federalistas. El año pasado hubo
elecciones y fue elegido un nuevo gobierno y un parlamento nacional.
En
el transcurso de este año el Ejército Rojo, logró vencer a las diversas
fuerzas poderosas que, con el apoyo de algunos países europeos, se le
enfrentaron desde unos días después de la Revolución que derrocó al
gobierno social-demócrata de Kerensky. El mes pasado concluyó,
oficialmente, la guerra civil, con la derrota de las fuerzas de Wrangel
en Crimea.
Fue
entonces que tomó fuerza la idea de enviar a las divisiones victoriosas
del Ejército Rojo a reocupar los tres países caucásicos que habían
pertenecido al imperio zarista –Georgia, Armenia y Azerbaiyán--. El
problema se complica para Georgia y, eventualmente, para Azerbaiyán,
porque hay en Armenia un gobierno pro-bolchevique que uniría sus fuerzas
al Ejército Rojo para ocupar las otras dos repúblicas caucásicas.
Aunque
Georgia es un país esencialmente agrícola, produce el 70% del manganeso
del mundo y este mineral tiene vital importancia en el crecimiento de
las plantas y, además, en la producción de acero, aluminio, magnesio y
baterías eléctricas secas, entre otras de sus propiedades.
El
que Georgia se niegue a devolverle a Rusia los barcos que el general
Wrangel utilizó en la última fase de la guerra civil, es considerado un
acto de guerra por varios dirigentes del Kremlin.
Lenin, por el contrario, insiste en llegar a un acuerdo de paz .