«Tendencias del Oriente»
A pesar del apoyo de Occidente, Al-Qaeda no podrá vencer al pueblo sirio
A pesar del apoyo de Occidente,
Al-Qaeda no podrá vencer al pueblo sirio
Siria y sus fuerzas armadas siguen resistiendo
incansablemente a la guerra mundial desatada contra ese país. El Estado
[sirio] se esfuerza por todos los medios en satisfacer las necesidades
económicas necesarias para garantizar la resistencia y el ejército ha
emprendido en varias provincias una serie de operaciones militares
estratégicas para destruir las bases de los terroristas, que por decenas
de miles se habían infiltrado desde Turquía durante las últimas
semanas.
Las operaciones militares alcanzaron su principal objetivo al
contrarrestar el plan del primer ministro turco Recep Tayyeb Erdogan,
que consistía en el establecimiento de una zona-tapón de facto.
Informaciones seguras indican que en Alepo sólo subsisten pequeños
bolsones de grupos armados mientras que el ejército regular sirio
controla la mayor parte de esa gran metrópolis del norte de Siria.
En Homs, la vida ha regresado prácticamente a la normalidad. Y en
venganza los terroristas recurren a los atentados con coches-bomba, como
el que dejó 15 muertos y decenas de heridos el pasado domingo [2 de
diciembre de 2012]. La mayor parte de la provincia de Deir Ezzor,
limítrofe con Irak, se halla también bajo control del ejército nacional
sirio.
En Damasco y sus alrededores, el ejército ha emprendido una
importante ofensiva contra los grupos terroristas que se aprestaban a
lanzar un ataque en masa contra la capital. Informaciones militares
indican que en las próximas semanas el Estado [sirio] retomará el
control de las ciudades-cabecera de todas las provincias y en las
regiones fronterizas. Completamente desorganizados, los grupos armados
perderán la iniciativa y no podrán hacer más que desahogarse con
atentados terroristas, asesinatos y actos de sabotaje. El Estado ya se
prepara para ese escenario, pero su prioridad sigue siendo la
reactivación del ciclo económico y el restablecimiento de la vida normal
en toda Siria. Las zonas que aún se hallan bajo control de los rebeldes
serán cercadas de manera que no puedan extenderse y representar un
peligro estratégico.
Todos los informes demuestran que la principal fuerza de combate
terrorista se compone de la organización al-Qaeda, de los movimientos
salafistas-yihadistas y del brazo armado de la Hermandad Musulmana. Los
grupos que se mueven fuera de esa nebulosa extremista se hallan
dispersos y se parecen más a pandillas locales que a movimientos
organizados y estructurados en el marco de una estrategia global. Son
mayormente forajidos, malhechores y asaltantes de caminos. Los informes
indican que los centros de operaciones existentes en Turquía, bajo la
dirección de oficiales de la CIA, con la participación de grupos
qataríes, sauditas, libaneses y libios, imparten órdenes directas a las
unidades combatientes en Siria, les imponen objetivos y les proporcionan
armas, explosivos, dinero y todo tipo de material.
En Siria se confirma la hipocresía occidental en lo tocante al
terrorismo y al-Qaeda. Si se aplicaran en Siria los mismos criterios
establecidos en las decenas de conferencias internacionales de «lucha contra el terrorismo» realizadas desde el 11 de septiembre de 2001, todos los que hoy financian y arman a los «rebeldes» en Siria tendrían que estar apoyando al Estado sirio en su lucha contra el terrorismo.
Y no se queda atrás la hipocresía de los supuestos defensores de la
soberanía libanesa. Después de sus constantes advertencias de que el
lobo estaba entre las ovejas, los hechos demuestran son ellos los lobos.
Las revelaciones del diario libanés Al-Akhbar prueban la implicación
directa del ex primer ministro Saad Hariri y de su principal
lugarteniente, el diputado Okab Sakr, en el financiamiento y el tráfico
de armas destinados a los terroristas [que operan en Siria] [1].
La emboscada tendida por el ejército sirio, que terminó con la muerte o
la captura de unos 20 yihadistas libaneses que se dirigían a Tall
Kalakh para «practicar la Yihad» contra el pueblo sirio, viene a completar ese cuadro.
El pueblo sirio está enfrentando una forma de terrorismo internacional respaldado por las «naciones civilizadas».
Su derecho inalienable es defenderse por todos los medios para
garantizar la protección de su país y la preservación de su identidad.
Esa guerra, los mercenarios no tienen ninguna posibilidad de ganarla.
Morsi confirma el pacto entre la Hermandad Musulmana y Estados Unidos
Lo que está sucediendo en Egipto ha sacado a la luz una serie de
verdades y de elementos que van a tener gran influencia sobre los
próximos acontecimientos en todo el mundo árabe.
Ha podido verse claramente que la Hermandad Musulmana de Egipto, que
constituye el núcleo de esa cofradía transnacional, ha trazado su plan
de control del poder en base a un acuerdo con Estados Unidos e Israel
para renovar la función política y securitaria que anteriormente ejercía
el régimen de Hosni Mubarak y de Annuar el-Sadat, conforme a lo
previsto en los Acuerdos de Camp David. Ello confirma los informes que
circularon desde hace 2 años sobre la existencia de una serie de
arreglos entre Washington y la dirección de la Hermandad Musulmana en la
región, bajo la égida de Turquía y Qatar. Dichos arreglos estipulan que
Occidente favorecerá la renovación de las élites dirigentes en los
países árabes a través de la Hermandad Musulmana, la que a su vez se
compromete a garantizar la seguridad de Israel y los intereses de
Estados Unidos y de las demás potencias occidentales.
Al promulgar su declaración constitucional, rechazada por amplios
sectores de la sociedad egipcia, el presidente Mohamed Morsi se basó
única y exclusivamente en el apoyo que ha recibido de Estados Unidos e
Israel por su papel en la conclusión de la tregua entre el Estado hebreo
y las organizaciones palestinas, durante el más reciente enfrentamiento
en Gaza. El poder egipcio aceptó una serie de compromisos en el marco
de las negociaciones sobre temas políticos y de seguridad. Dichos
compromisos se articulan alrededor de dos puntos:
Cortar el aprovisionamiento en armas de la franja de Gaza mediante la continuación de la política de destrucción de túneles
y lograr la ruptura de relaciones entre las organizaciones palestinas e Irán.
Según informaciones publicadas en la prensa egipcia, El Cairo ha
otorgado facilidades a las fuerzas especiales y los servicios de
inteligencia estadounidenses en el Sinaí y ha solicitado al Hamas el
despliegue de fuerzas en la frontera entre Gaza e Israel para garantizar
el alto al fuego. O sea, para garantizar que el alto al fuego no sea
violado por las organizaciones de la resistencia palestina. El Hamas
comienza así a desempeñar [en Gaza] el mismo papel que la policía de la
Autoridad Palestina en Cisjordania.
El conflicto político que ha estallado en Egipto después del golpe de
Estado constitucional de Morsi está abierto a todas las opciones. La
Hermandad Musulmana ha decidido ignorar los reclamos de una amplia
mayoría de egipcios y proseguir su propia conquista del control de todas
las instituciones, sin retroceder ante los cientos de miles de personas
que se han lanzado a la calle. La cofradía se ha despojado de su
máscara, luego de haberse asegurado de que cuenta con el apoyo de
Estados Unidos e Israel, apoyo que ha recibido después de pasar el
examen de la más reciente agresión contra la franja de Gaza.
En sólo unos meses, el verdadero rostro de la Hermandad Musulmana ha
aparecido ante la mirada de la opinión pública egipcia y árabe, lo cual
no dejará de tener repercusiones en todo el mundo árabe.