dimecres, 12 de juny del 2013

  "La gran conspiración contra Rusia"

Jon Odriozola sobre "la gran conspiración contra rusia"

Encomiable y valiente el esfuerzo de la editorial TEMPLANDO EL ACERO reeditando La gran conspiración contra Rusia de los autores americanos Michael Sayers y Albert E. Kahn,libro que vio la luz por primera vez en 1948,tres años después de acabada la II Guerra Mundial y ya en los prolegómenos -Churchill mediante- de la Guerra Fría.
Encomiable,decimos,porque no estamos delante de la reimpresión de un "clásico" que el público reconoce igual que una buena película intemporal y ageneracional,sino,por el contrario,de una especie de "incunable" -un tesoro semioculto- que apenas pocas personas de ideas avanzadas sabían de él.Como en "Farenheit 451",se diría que lo memorizaron para transmitirlo a lo más progresista de la humanidad.

Hemos conocido -y padecido- la interminable y endémica profusión de esquemas y clichés antisoviéticos ergo anticomunistas ad nauseam y lo que te rondaré.Y también los textos que blasonan de "antiestalinistas" -algo de mucho mérito,se supone- que,en realidad,no son otra cosa que filfa antileninista. Y es que los comunistas ignoramos qué cosa sea el fenómeno que da en llamarse -por la historiografía burguesa inclinada y dada a los "ismos"- "stalinismo" (con ese líquida suena más feroz la cosa). Tal vez sea imprescindible estratificar la Historia en ismos para mejor comprenderla y estudiarla,no lo negamos,pero rechazamos como inaceptables cierto ismos prefabricados y cocinados en alquitaras y alambiques contrarrevolucionarios o que obedecen al sistema (capitalista) con fraseología seudorrevolucionaria.
Valiente,decimos,y meritorio también,en tiempos siempre difíciles para movimientos antifascistas en no importa qué coordenada y abscisa histórica bajo la explotación capitalista y que aspire a tumbarlo y no a reformarlo ni maquillarlo,esto es,a mandarlo al museo de la historia junto con la rueca.
Hay en este libro,creo yo,demasiada verdad como para que pueda ser soportada lo mismo por el enemigo,que va de suyo,que por quien se dice amigo de la clase obrera y no es otra cosa que un traidor infiltrado en sus filas,consciente o no. Este libro no les gustará ni un pelo.Y ello,repetimos,por "insoportable".Si de ellos dependiera,seguiría en el limbo.Un lugar donde la verdad no es ni revolucionaria ni contrarrevolucionaria,simplemente no es.Lo que existen son las "versiones".Y esta -ya que no han podido evitar que se publique- sería "una más",igual que el marxismo sería una "filosofía" más en el súpermercado de las ideologías donde uno elige modelos de corbatas.
Es una suerte -que debemos a esta briosa editorial- poder contar con esta gema de libro que nos desacostumbra al mal hábito de la pereza de dar por buena la versión de la ideología dominante y su historiografía predominante.Narrado,además,importa decirlo,con el mejor estilo del periodismo norteamericano -porque lo hubo y fueron vanguardia- de entreguerras con John Reed a la cabeza.Pásalo.

Jon ODRIOZOLA

370 pp


HISTORIA DEL PARTIDO COMUNISTA (BOLCHEVIQUE) DE LA URSS


401 paginas
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Documento histórico y politico excepcional. Fue redactado por una Comisión del CC después de celebrado el XVII Congreso del partido comunista (bolchevique) de la URSS.
En 1938 el mismo CC lo aprobaría.
Stalin superviso directamente este trabajo (algunos le dan el titulo de autor del libro) editado con la intención de "elevar el nivel teórico del partido a la debida altura" y "desplegar una incansable propaganda del leninismo en las filas del partido"en palabras de Stalin.

Más tarde en el XVIII congreso, Stalin refiriéndose a este libro dirá:
"Se ha comprobado que su publicación echa las bases para un un nuevo desarrollo dela propaganda marxista leninista en nuestro país".

Este folleto de la Historia del partido comunista tenía una fundamental misión formativa para los militantes comunistas soviéticos.
De gran interés pedagógico, como compendio del pensamiento leninista,  como exposición  de la tàctica y estrategia bolcheviques, son las  paginas dedicadas a las tres revoluciones, que forman parte de la historia de este partido:

las revoluciones democrático-burguesas de 1905 y febrero de 1917 y la revolución socialista de octubre del mismo año.
   Los resúmenes de los libros de Lenin "Un paso adelante, dos atrás" (fundamental para comprender la teoría leninista del Partido), "Dos tácticas de la social-democracia en la revolución rusa"  (importante para comprender la hegemonía de la clase obrera en la revolución burguesa) y "Tesis de Abril"(donde enseña la necesidad del tránsito de la etapa democrática a la etapa socialista de la revolución) son en su conjunto la obra cumbre teórica todavía no mejorada como  exposición de las luchas políticas y la teoría leninista que sintetizo todas ellas como pensamiento revolucionario general.

dilluns, 10 de juny del 2013

"La CIA apadrinó al socialista Felipe González en el PSOE" y es ahora "asesor de Capriles"


En su libro "La CIA en España, el periodista de investigación Alfredo Grimaldos asegura que el arribo al poder del socialista Felipe González como presidente del Gobierno español en 1982, fue en realidad la alternativa "diseñada y controlada" por la CIA para mantener la tutela sobre España.

El libro de Grimaldos, publicado en el 2006, afirma que el actual Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue un partido que no surgió de una verdadera base social, sino que fue recreado, moldeado y financiado por la CIA norteamericana" a través de fundaciones del Partido Socialdemócrata de Willi Brandt de la República Federal Alemana: "Los servicios secretos norteamericanos y la socialdemocracia alemana se turnan celosamente en la dirección de la Transición española , con dos objetivos: impedir una revolución tras la muerte de Franco y aniquilar a la izquierda comunista. Este fino trabajo de construir un partido "de izquierdas" para impedir precisamente que la izquierda se haga con el poder en España, es obra de la CIA, en colaboración con la Internacional Socialista". (Puede leerse aquí el capítulo La CIA y la refundación del PSOE).

Alfredo Grimaldos ha publicado un nuevo libro: "Claves de la transición 1973-1986 para adultos" (Editorial Península). Su libro inicia con la frase siguente: "El franquismo no es una dictadura que finaliza con el dictador, sino una estructura de poder específica que integra a la nueva monarquía".
En entrevista publicada por el periódico Público.es, Grimaldos responde una pregunta sobre: ¿Hasta qué punto la CIA tutela la Transición?

"Cuando Nixon llega a España en 1970 se encuentra con un Franco muy mayor. Nixon se vuelve preocupado. Para ellos era muy importante mantener la Península Ibérica en su sistema de alianzas. Entonces, le dice a Vernon Walters, su hombre de confianza, que venga a España para ver qué va a suceder después la muerte del dictador. Franco se dio cuenta enseguida de qué pasaba y le dijo a Walters que está todo atado y bien atado, que el Ejército se pondrá de parte de Juan Carlos I y que su principal monumento no es el Valle de los Caídos sino la clase media española que hará de colchón para impedir una revolución".
Grimaldos hace pedazos la imagen oficial que se ha tenido de la Transición en España, señalada constantemente como referente ejemplar del paso de una dictadura hacia la madurez de la vida democrática y en ese contexto, el papel desempeñado por aquel joven luchador, inteligente,carismático, elocuente, a quien el diario Pravda, siendo todavía órgano del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética , llenara de elogios en la parte final de los 80 por su "flexibilidad y pragmatismo".

Resulta entonces que ese faro de luz llamado Transición ¿Fue construido sobre la falsificación y el engaño? Dice así el testimonio, publicado en el libro de Grimaldos, del general Manuel Fernández Monzón, enlace de los servicios secretos del franquista Luis Carrero Blanco con la CIA: "No es verdad lo que se ha dicho de la Transición. Como eso de que el rey fue el motor. Ni Suárez ni él fueron motores de nada, sólo piezas importantes de un plan concebido al otro lado del Atlántico. Todo estuvo diseñado por la Secretaría de Estado y la CIA".  

Recientemente el ex candidato presidencial venezolano y gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, informó a través de su cuenta de Twitter que se reunió en Bogotá, Colombia, con el ex presidente del gobierno español Felipe González, quien fuera "íntimo amigo" del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez y promotor de políticas neoliberales en España y en América Latina.

Entrevistado por una estación radiofónica del Uruguay, el analista James Petras respondió así a una pregunta sobre si Felipe González está asesorando a Henrique Capriles:
"Felipe González trabajaba con Álvaro Uribe, el asesino, narco-presidente de Colombia. Felipe González apoyaba los grupos pro escuadrones de muerte de Centroamérica, cuando estuve en España y Grecia, pude ver como los partidos derechistas de El Salvador y Guatemala recibían el apoyo de Felipe González. Entonces, el hecho de que esté con Capriles no me sorprende porque Felipe González no está vendido, es alquilado. Cualquier gobernante o dirigente de la derecha puede contratarlo por una cuota. Se necesitan por lo menos 300.000 dólares para recibir los ‘consejos’ de Felipe González. No es simplemente un reaccionario, sino que además es uno de los más corruptos e inmorales, en toda la historia de la política socialdemócrata europea".
Redacción Entre Noticias

TURQUIA SE REBELA


¿Se puede hablar de una primavera turca? No me siento capaz de responder a esa pregunta. Hace dos años, la Plaza de la Liberación de El Cairo o Plaza Tahrir insinuaba un giro histórico en Egipto y otros países de la región. La caída de Ben Ali en Túnez se interpretó como el signo de una revolución imparable en el Magreb y Oriente Medio. Sin embargo, la primavera árabe desembocó en un otoño sangriento, con guerras imperialistas en Libia y Siria. La ocupación en Madrid de la Puerta del Sol también encendió esperanzas que se desvanecieron a las pocas semanas, cuando la victoria del Partido Popular en las elecciones autonómicas, convirtió a los indignados en ilusos o radicales. En todos los casos, el desafío al poder establecido surgió de forma espontánea, sin una hoja de ruta ni una ideología política definida. Esa desorientación inicial contribuyó a que las reivindicaciones nunca se concretaran en una alternativa consistente y creíble. No debe confundirse una explosión de malestar social con una revolución, pero tampoco deben simplificarse los hechos, ocultando las causas últimas de un conflicto. En el caso de Turquía, no está en juego tan sólo el parque Gezi, sino un modelo político y social que ha combinado Islam y Neoliberalismo para recortar derechos laborales y sanitarios, de acuerdo con los intereses de las grandes multinacionales. La lucha de la juventud turca es la lucha de todos pueblos que se rebelan contra un Nuevo Orden Mundial, donde el valor de la vida humana se mide por su capacidad de producir beneficios a una minoría privilegiada.
 
Recep Tayyip Erdogan se convirtió en Primer Ministro en marzo de 2003. Desde entonces, ha privatizado las aerolíneas, las fábricas de acero, las empresas de telecomunicaciones, la red eléctrica, la compañía tabacalera, las compañías de licores y el Halkbank, un banco de propiedad estatal. En 2009, aprobó una nueva legislación sobre los recursos hídricos. Hasta entonces, las corporaciones privadas controlaban los servicios de distribución, pero con las nuevas leyes se les permite especular con el valor del agua, fijando libremente los precios. Los sindicatos de campesinos respondieron a esta medida con una plataforma llamada “No a la comercialización del agua”. Sus manifestaciones fueron reprimidas con brutalidad y sus principales activistas detenidos por alteración del orden público. Muchos denunciaron haber sido torturados en dependencias policiales, pero los jueces desestimaron sus testimonios y, en algunos casos, les enviaron a prisión, acusándoles de terroristas. La prensa internacional apenas reflejó la noticia. En 2011, Erdogan inició las negociaciones para vender a capital privado nueve carreteras de peaje y los dos puentes sobre el Bósforo. Sólo es un capítulo más de un paquete de privatizaciones que contempla la minería, el petróleo, la alimentación, el sector textil y el transporte marítimo.  En febrero de ese mismo año, 100.000 personas se manifestaron en el centro de Ankara contra una reforma laboral que incluye la rebaja del salario mínimo, la contratación de trabajadores sin seguridad social y el despido masivo de funcionarios. Los manifestantes corearon “Esto es Ankara, no El Cairo”, “Tayyip ha llegado tu turno”, “Te deseamos un final tan feliz como el de Mubarak”. La indignación popular no podía estar más justificada. La política neoliberal del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), liderado por Erdogan, ha provocado un notable aumento de la desigualdad social. Según Forbes, Estambul se ha convertido en la cuarta ciudad del planeta con mayor número de multimillonarios. Ese dato contrasta con un salario mínimo de 570 dólares y una renta per cápita inferior a la mitad de los ingresos medios europeos. En una guía elaborada por Banesto para los empresarios españoles interesados en realizar inversiones en suelo turco, se advertía que “el país está marcado por la existencia de fuertes desigualdades de renta”. En Estambul, capital financiera, hay 35 multimillonarios, pero muchos trabajadores perciben una retribución mensual de 200 dólares y carecen de seguro sanitario. En ese clima de injusticias y agravios, no es extraño que haya surgido una movilización popular para salvar el parque de Gezi, un pulmón verde de 600 árboles que permiten respirar a una ciudad de casi 14 millones de habitantes, con un tráfico intenso y un crecimiento inmobiliario desbocado. El gobierno de Erdogan pretende destruir el parque para crear un centro comercial, que disfrazará su interés puramente lucrativo reconstruyendo parcialmente un viejo cuartel otomano. La presencia de una mezquita en el complejo intentará lavar la cara a una operación puramente especulativa. Sólo unos pocos medios han mencionado que Kadir Topbas, alcalde de Estambul, es el principal accionista del futuro centro comercial y que la empresa a la que se han adjudicado las obras pertenece a un hijo de Erdogan. Una vez más, neoliberalismo y corrupción se revelan como las dos caras de la misma moneda. El caso del parque Gezi sólo es un botón de muestra de los megaproyectos del gobierno de Erdogan, que incluyen un tercer puente sobre el Bósforo, una autopista de 260 kilómetros que uniría Tracia y Anatolia, un tercer puerto, un tercer aeropuerto y dos nuevas ciudades. Erdogan asegura que estas obras impulsarán el desarrollo social y económico y reducirán la vulnerabilidad del país a los terremotos. Por supuesto, no menciona que el capital privado –nacional y extranjero- se enriquecerá aún más, endeudando al país y abocándole a un previsible pinchazo de la gigantesca burbuja inmobiliaria.
 
Los manifestantes que han convertido la Plaza de Taksim en su centro de operaciones ya no se conforman con salvar el parque Gezi. La prensa internacional ha destacado el rechazo popular hacia la deriva islamista del Partido de la Justicia y el Desarrollo, que pretende suprimir el derecho al aborto (legal en Turquía desde 1983), restringir la venta y consumo de bebidas alcohólicas y reformar las costumbres. Erdogan ha pedido a las mujeres decoro en el vestir y ha ordenado colocar en el metro de Ankara carteles, prohibiendo a las mujeres besarse en público. Sin embargo, las protestas nacen como un profundo rechazo hacia la política neoliberal y la violación sistemática de los derechos humanos. Algunos se han sorprendido de la brutalidad empleada contra los manifestantes. Se han utilizado cañones de agua, gas lacrimógeno, gas pimienta, pelotas de goma e incluso balas. El Colegio de Médicos de Turquía reconoce que hasta el momento hay tres víctimas mortales (dos por herida de bala en la cabeza) y 4.177 heridos: tres en estado crítico, diez han perdido un ojo y quince han sufrido graves traumatismos craneoencefálicos. El gobierno habla de 300 lesionados, casi todos policías, y ha ordenado la detención de 29 personas por incitar a las protestas de Twitter. En una intervención televisiva, Erdogan ha manifestado: “Esa cosa que llaman redes sociales no es más que una fuente de conflictos para la sociedad actual. Hay un problema que se llama Twitter. Allí se difunden mentiras absolutas”. La reacción airada de Erdogan, atacando a las redes sociales, y la violencia policial, disparando a la cabeza de los manifestantes, nos recuerdan que Turquía, fiel aliada de la OTAN y eterna aspirante a la Unión Europea, nunca ha respetado los derechos humanos. Los informes anuales de Amnistía Internacional denuncian que la tortura se emplea habitualmente en prisiones y comisarías. Numerosos testimonios repiten las mismas atrocidades. Durante los interrogatorios, los detenidos permanecen con los ojos vendados. Se les golpea con brutalidad, se les obliga a desnudarse, sufren abusos sexuales, amenazas de muerte o violación, se les escatima el agua, la comida, el sueño y el uso de los lavabos. En algunos casos, se les tortura con descargas eléctricas. Si se les aplica la legislación antiterrorista, permanecen aislados durante cuatro días sometidos a la jurisdicción de los Tribunales de Seguridad del Estado. Durante el período de incomunicación, no se notifica a los familiares su situación, por lo cual permanecen “desaparecidos”. No pueden recibir visitas ni la asistencia de un abogado o un médico de confianza. Amnistía Internacional señala la existencia de salas de interrogatorio equipadas con instrumentos de tortura y aislamiento acústico. Aunque la mayor parte de las torturas acontecen en dependencias policiales, hay indicios de que en las cárceles de alta seguridad (las llamadas tipo F) también se producen abusos. “Las mujeres y los niños son también víctimas de torturas, que no están restringidas a los sospechosos de delitos tipificados por la legislación antiterrorista, sino que también se emplean con personas acusadas de delitos comunes”, afirma Amnistía Internacional en su informe de 2011. “En algunos casos, la tortura está ligada a la discriminación por motivos de sexo, orientación sexual o etnia”. El gobierno no investiga las torturas y jueces y médicos forenses actúan sistemáticamente como encubridores. Por cierto, la situación de España no es mucho mejor, de acuerdo con los últimos informes de Amnistía Internacional o las condenas de Naciones Unidas y el Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea. La tortura no afecta tan sólo a los presuntos terroristas, sino que también es habitual en los Centros de Internamiento de Extranjeros y en los Centros de Menores. Según Xabier Makazaga: “Los torturadores torturan mejor ahora que veinte años atrás: han mejorado en técnicas, dejan menos marcas, hacen sufrir más y mejor en menos horas. Los torturadores del franquismo eran unos alocados, los de ahora lo hacen con bolsa de plástico” (Manual del torturador, Txalaparta). Hay una convergencia real entre la España Neoliberal y la Turquía Neoliberal, que rompe la versión oficial de países modernos, democráticos y respetuosos de los derechos humanos. Tal vez Rodríguez Zapatero y Erdogan, paladines de la “Alianza de Civilizaciones”, se referían a estas cuestiones al hablar del entendimiento y la concordia entre naciones con diferentes tradiciones culturales.
 
En Turquía, no hay libertad de expresión. Aún se procesa a los intelectuales o artistas que se atreven a exponer posiciones críticas. Sin llegar más lejos, el Nobel Orhan Pamuk se enfrentó hace unos años a un proceso judicial por hablar de las víctimas del genocidio armenio. Turquía nunca ha pedido perdón ni ha asumido su responsabilidad en esta matanza, que costó al menos un millón de vidas, si bien algunos historiadores duplican la cifra. Escoger el nombre de Yavuz Sultan Selim para el tercer puente sobre el Bósforo confirma un desprecio secular por los derechos individuales y colectivos. Yavuz Sultan Selim, apodado Selim el Severo, perpetró horribles masacres con la minoría aleví durante su guerra contra los chiíes de Irán a comienzos del siglo XVI. Rescatar su nombre para un puente sólo puede interpretarse como una provocación contra la minoría aleví, que todavía sufre toda clase de discriminaciones. El caso de los kurdos es aún más trágico. Aunque a finales de marzo, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunció el cese de su actividad armada y el Parlamento turco aprobó que los kurdos pudieran utilizar su idioma en los tribunales, la represión continúa. Conviene recordar que en enero fueron asesinadas en París tres militantes del PKK, tres mujeres que fueron tiroteadas cuando se hallaban en el Centro de Información del Kurdistán. Una de ellas era Sakine Cansiz, una de las fundadoras del PKK y antigua responsable de la organización en Alemania y Francia. Era una de las colaboradoras más cercanas de Murat Karayilan, actual comandante de la guerrilla, desde el encarcelamiento en 1999 de Abdullah Ocalan. Ocalan se halla recluido en la isla de Imrali en el mar de Mármara, sometido durante largas temporadas al régimen de incomunicación. Las otras dos víctimas se llamaban Fidan Dogan y Leyla Soylemez. Las tres fueron asesinadas con disparos en la cabeza. Se emplearon armas con silenciador y todo indica que se trató de una operación del servicio de inteligencia turco. Algunos consideran que Ankara hizo un gesto de fuerza para forzar el alto el fuego e imponer sus condiciones de negociación. El movimiento de liberación nacional kurdo se inició en 1984. Desde entonces, han muerto 50.000 personas, casi todas pertenecientes al pueblo kurdo. Los grandes medios de comunicación turcos ofrecieron una información sesgada sobre el crimen de París, asegurando que se trataba de un ajuste de cuentas interno. Su actitud hacia las actuales protestas en Estambul no ha sido más transparente. Apenas han informado de los hechos y el gobierno ha detenido a 76 periodistas independientes, acusándolos de alborotadores. El Partido Republicano del Pueblo, (CHP), principal fuerza de la oposición, ha recordado a Erdogan que ganar unas elecciones no significa adquirir el derecho a obrar con arrogancia y arbitrariedad, sin rendir cuentas a nadie. Orhan Pamuk ha declarado al diario Radikal que apoya las protestas porque “el gobierno de Erdogan es represor y autoritario”. Algunos intentarán contrarrestar estas acusaciones, esgrimiendo los éxitos económicos de Erdogan. Es cierto que Turquía se ha convertido en la decimoséptima economía del mundo, pero su crecimiento (un 9’2% en 2010, un 8’5% en 2011, un 2’2% en 2012) se ha desacelerado y su deuda externa no cesa de aumentar. En 2009, representaba el 2% del PIB. Actualmente, está en un 6%, después de un pico del 10% en 2012. El milagro turco tiene los pies de barro. Su escasez de recursos energéticos le impide cubrir su demanda interna de petróleo y su economía se resiente con los altos precios del crudo. Los megaproyectos urbanísticos conviven con indicios de agotamiento en el sector de la construcción. Es cierto que el nivel de pobreza ha disminuido y el desempleo está en un 10%, pero el reparto de la riqueza es escandalosamente desigual. De los 34 miembros de la OCDE, Turquía ocupa el tercer lugar en índices de desigualdad y las diferencias entre el este y el oeste del país son abismales. El miedo a la inflación se combate con políticas restrictivas y monetaristas, de acuerdo con la ortodoxia del FMI y el BM, lo cual implica severas disminuciones del crédito y el gasto social. Al margen de los datos económicos, es indiscutible que Erdogan no se resigna a perder el poder. Su intención es presentar el proceso de paz con el PKK como un éxito personal para convocar un referéndum constitucional, donde se planteará elegir entre un sistema parlamentario y un sistema presidencial. Si se impusiera la última opción, podría prolongar su mandato más allá de 2015, fecha en la que expira su plazo como Primer Ministro.
 
Las protestas en Estambul nos han dejado imágenes sobrecogedoras: manifestantes acorralados y apaleados sin piedad; policías lanzando pelotas y botes de humo contra hospitales y viviendas particulares, después de descubrir que les grababan desde balcones y ventanas; agentes impidiendo el paso de las ambulancias para atender a los heridos o gritando “que se ahoguen” a los civiles que pretendían abandonar los edificios rociados con gas lacrimógeno. Sin embargo, las protestas continúan y se han extendido por casi todo el país, incluida Ankara, fortaleza tradicional del AKP. Hace unas horas, ha muerto un policía, que cayó en una zanja de construcción mientras perseguía a unos manifestantes. Algunos activistas han intentado llegar hasta la residencia de Erdogan, situada cerca de la Plaza Taksim, pero la policía lo ha impedido con cañones de agua a presión y gas lacrimógeno. No me atrevo a realizar predicciones, pues la historia ya se ha encargado de escarnecer a todos los que han cometido la temeridad de intentar anticipar sus pasos, pero no creo que la OTAN y la UE permitan que Turquía se hunda en el caos o gire hacia la izquierda. Sólo hay una cosa clara. Los pueblos se rebelan contra el Nuevo Orden Mundial. El Neoliberalismo no es una escuela del pensamiento económico, sino la fórmula ideada por el capitalismo para perpetuar la explotación y la desigualdad. Los turcos que protestan en la calle no obran a ciegas. No son “saqueadores” o “terroristas”. Saben lo que hacen. Por eso, gritan “Abajo el fascismo”, “Unidos con codo contra el fascismo” o “Erdogan, dictador, llegó tu hora”. Simplificando, piden libertad, justicia y solidaridad. Su clamor es un clamor universal que ya se ha escuchado en Madrid, Atenas, París, Roma, Dublín y Lisboa. Saber que la policía ha atacado las sedes del Partido Comunista en Turquía me infunde cierta esperanza, pues confirma que el fantasma del comunismo sigue vivo, dispuesto a quitarle el sueño a los ricos y poderosos. En el mundo actual, no hay muchos motivos para el optimismo, pero contemplar las calles de Estambul en llamas y con el asfalto roto me hace sonreír, pensando que el espíritu humano renace en el momento más inesperado. Los turcos luchan con la dignidad del esclavo que se alza contra sus amos, sin ignorar que la victoria es la posibilidad más remota. Su ejemplo debería extenderse por el resto del planeta, sobre todo en países como España, donde el paro, la pobreza, los desahucios y la desnutrición infantil afectan a un porcentaje escandaloso de personas. Ya lo dije una vez y lo repito. La indignación debería convertirse en insurrección. Si alguien me considera un exaltado, le recuerdo el caso de un niño de una escuela de Girona al que le sorprendieron hace unos días hurgando en la basura. “Eso está mal”, dijo la maestra. “¿Por qué?”, replicó el niño. “Es lo que hace mi mamá”. Otro niño se permitió un gesto de humor: “Traigo un bocadillo mágico. Pan con pan”. Mientras se producen estas escenas, Amancio Ortega ya es la tercera fortuna del planeta con 43.000 millones de euros. El contraste es obsceno y profundamente inmoral. Ojalá las calles de Madrid, Barcelona, Valencia o Donostia imiten a los turcos, pero sin batucadas ni consignas pacifistas. No hacen falta reformas, sino una revolución. Los estudiantes que se rebelaron en mayo de 1968 no se equivocaban al escribir en las paredes: “No pongas parches; la estructura está podrida”. Una estructura podrida nunca podrá ser la base de un mañana ético, sin niños hambrientos ni trabajadores explotados.
 

diumenge, 9 de juny del 2013

GLADYS DEL ESTAL Y EL VALOR DE LAS VÍCTIMAS


Por Rafael Narbona
Los grandes medios de comunicación españoles no se cansan de evocar el sufrimiento causado por las acciones de ETA, pero raramente mencionan casos como el de Gladys del Estal, asesinada por el guardia civil José Martínez Salas el 3 de junio de 1979.
Hija de vascos exiliados en Venezuela, Gladys participaba en una concentración popular organizada en Tudela para protestar contra el Plan Energético Nacional y solicitar la paralización de la central nuclear de Lemóniz. Se trataba de un acto pacífico y autorizado, pero los antidisturbios cargaron violentamente contra los manifestantes y cuando un grupo realizó una sentada a la salida del puente que cruza el río Ebro, intervino la Guardia Civil. Un agente se acercó a Gladys. Según los testigos, le dirigió un comentario obsceno y la joven respondió con un insulto, recibiendo a cambio un brutal golpe en los riñones con la culata de un subfusil. Cayó al suelo y mientras intentaba levantarse, el agente le disparó un tiro en la nuca que salió por la nariz. A pesar de la trayectoria de la bala, la Audiencia de Pamplona estimó que había sido un caso de imprudencia temeraria e impuso la pena mínima: dieciocho meses de prisión menor.
Periko Solabarria, cura obrero y diputado de Herri Batasuna en esas fechas, se hallaba presente como un manifestante más: “Se murió en mis brazos –recuerda treinta y cuatro años después-, era una chica maravillosa de Donostia. Por la mañana, habíamos hablado en un quiosco de la Plaza de Tudela. Por la tarde, hicimos la sentada”. El asesino ni siquiera ingresó en prisión y en 1992 fue condecorado con la Cruz del Mérito Militar. Gladys sólo tenía 23 años. Es una de esas víctimas que casi nadie quiere recordar, pues rompe el relato idílico de una transición diseñada para garantizar la impunidad y los privilegios de las élites políticas y financieras del franquismo.
El 3 de junio de 1979 se había convocado un Día Internacional de Acción contra la Energía Nuclear. Se intentaba frenar la construcción de nuevas centrales nucleares y se protestaba contra el Polígono de tiro de las Bardenas, situado cerca de Tudela y aún en funcionamiento. Las movilizaciones tenían un carácter antimilitarista y pacifista, pero eso no impidió que la policía actuara con brutalidad desde el primer momento. Gladys era hija de Enrique del Estal, que había luchado en Euzko Gudarostea (Ejército Vasco) durante la Guerra Civil española. Estudiaba Químicas y trabajaba como programadora informática en una pequeña empresa. Pertenecía a un grupo ecologista de Egia, un barrio de Donostia.
La versión oficial del Gobierno Civil sostenía que el disparo se produjo durante un forcejeo y el Tribunal Supremo rechazó en 1984 el recurso de la familia, según el cual el agente José Martínez Salas había actuado con dolo y alevosía. Sin embargo, los testimonios del concejal Antonio Bueno y otros representantes municipales corroboran la denuncia de la familia. Aunque la Policía Armada afirmó que evitaría la violencia, las primeras cargas se produjeron hacia las 16:15, interrumpiendo un mitin antinuclear. Antonio Bueno habló con el teniente al mando, pero éste le contestó que habían recibido órdenes de sus superiores e hizo sonar un silbato. Al parecer, era la señal convenida para comenzar a arrojar pelotas de goma y botes de humo. Se produjeron escenas de pánico e impotencia. Algunos manifestantes respondieron con piedras, pero se trataba de una batalla desigual entre una multitud desarmada y unas fuerzas antidisturbios instruidas para emplearse a fondo y sin contemplaciones. Al otro lado del puente del Ebro, esperaba la Guardia Civil, pues lo que aconteciera fuera del casco urbano era de su competencia. Los manifestantes improvisaron una sentada, sin adoptar un comportamiento violento o desafiante. Por eso, cuando sonó el disparo se formó un silencio lleno de estupor e incredulidad. El silencio no tardó en transformarse en gritos y lamentos. Gladys del Estal fue trasladada al centro de salud de Tudela. “Me es imposible explicar la escena que vimos –recuerda Milagros Rubio, por entonces teniente de alcalde-. La chica estaba completamente desnuda, ensangrentada. Estaban intentando reanimarla, porque todavía tenía pulso. Decían que estaba prácticamente muerta, pero intentaban reanimarla, sin conseguirlo”. Un médico comentó que le habían pegado un tiro de gracia, después de reventarle un riñón de un golpe. Durante el resto del día, continuaron las cargas y los enfrentamientos. La muerte de Gladys provocó una oleada de indignación que se reprimió con ferocidad. Ante la creciente violencia policial, el Ayuntamiento abrió sus puertas para ofrecer refugio a los manifestantes y celebró un pleno espontáneo, realizando un llamamiento a la huelga general hasta que se esclareciera el crimen y dimitiera el gobernador civil.
Un año más tarde cuatro mil personas se manifestaron en Tudela en memoria de Gladys. Encabezaba la marcha una pancarta: “Gladys, gogoan zaitugu (Gladys, no te olvidamos)”. Se depositaron flores y una ikurriña con un crespón negro en un monolito levantado en el lugar del asesinato, con la inscripción: “Gladys del Estal, asesinada en Tudela por defender el sol, el agua y la libertad. Nosotros no olvidamos. Gogoan zaitugu”. Se cantó el Eusko Gudariak y la Internacional, exigiendo justicia. Hacia las once y media de la noche, la Guardia Civil se acercó al monolito y lo retiró, añadiendo una nueva infamia a su negro historial.
Después de los accidentes de Chernobil y Fukushima, no quedan muchos argumentos para seguir defendiendo la energía nuclear. Sólo un insensato podría apostar por una fuente de energía que ha causado tantas calamidades. Conviene recordar el caso de Gladys en un tiempo donde el cese de la lucha armada de ETA se presenta como una victoria de la democracia y se insiste en mantener la dispersión penitenciaria y la “doctrina Parot”, una aberración jurídica condenada por el Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea.
La democracia que ha derrotado al terrorismo es la misma que ha sido recientemente condenada por el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas en el caso de María Atxabal, torturada y violada por la Guardia Civil en 1996 durante el régimen de incomunicación. Acusada de colaborar con ETA, la Audiencia Nacional decretó su absolución, pero todavía hoy Atxabal sufre estrés postraumático y su vida está destrozada. Desgraciadamente, el caso de Atxabal no es una anomalía de un pasado reciente. Este mismo año, el Comité para la Prevención de la Tortura de la Unión Europea consideró “creíble y consistente” el testimonio de Beatriz Etxebarria, presunta activista de ETA, que denunció haber sido violada anal y vaginalmente en los calabozos de la Dirección General de la Guardia Civil en marzo de 2011. La agresión sexual se combinó con torturas, amenazas y humillaciones de todo tipo. Cualquiera que haya investigado el problema vasco o la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado meneará la cabeza, pero no se sorprenderá.
Brian Currin
La Fundación Euskal Memoria ha documentado 9.600 casos de torturas a presos políticos vascos en los últimos 60 años. En ese tiempo, sólo se han producido 19 condenas contra los agentes denunciados. En muchos casos, las sentencias han sido anuladas o se ha indultado a los condenados. Entre 1960 y 1977, se produjeron 10.000 detenciones en Euskal Herria. En el 70% de los casos, se utilizó la tortura. La Constitución de 1978 no cambió las cosas. Entre 1978 y 1989, se aplicó el régimen de incomunicación a 7.370 vascos. Un 40% denunciaron torturas; otros, optaron por el silencio, profundamente traumatizados por la experiencia. Desde entonces, se ha incomunicado a 1.633 personas y la mayoría han denunciado torturas. El número de casos es abrumador y evoca los horrores de Chile y Argentina. El Estado español y los grandes medios de comunicación niegan los hechos, repitiendo que ETA ha elaborado un manual interno para que sus activistas denuncien sistemáticamente falsas torturas. Esta patraña se resquebraja ante los informes de organismos internacionales tan poco sospechosos como Naciones Unidas o la misma Unión Europea. La opinión pública española suele desconocer estos hechos e ignora que Baltasar Garzón, presunto paladín de los derechos humanos, ha promovido y encubierto la tortura, prohibiendo partidos (Herri Batasuna) y cerrando editoriales (Ardi Bertzale) y periódicos ("Egin"). Joaquín Navarro, magistrado español que durante años mantuvo una relación de cercanía con Garzón, declaró a "Gara": “Es un juez que se inventa casi todo. Lo que ocurre es que está actuando con el apoyo del poder político y el Ministerio del Interior. Garzón se permite el lujo de dictar autos de procesamiento o de prisión absolutamente fabulados, dando por demostradas vinculaciones orgánicas y funcionales de diversos sectores con ETA”. Si alguien quiere informarse con más detalle, le recomiendo "Garzón, la otra cara", de Pepe Rei (Txalaparta).
Baltasar Garzón
En la entrevista que ETA concedió a Gara poco después de anunciar el cese definitivo e irreversible de su actividad armada, reconoció que la confrontación de las últimas décadas había “causado mucho sufrimiento”. No se refería tan sólo al Estado español, sino también a sus propias acciones. “No somos insensibles”, apuntaba, manifestando su “compromiso absoluto” de participar en la construcción de “un escenario de paz real y duradero”. Creo que esa paz no será posible sin reconocer a todas las víctimas mediante un ejercicio colectivo de memoria histórica. Sin embargo, ni siquiera se admite la violencia del Estado español, pese a las abrumadoras evidencias sobre la materia. En mi opinión, el asesinato de Gladys del Estal, que no pertenecía a ETA, debería inspirar una reflexión sobre el valor de las víctimas. No se trata de elegir entre Gladys del Estal o Miguel Ángel Blanco. El objetivo es que esos hechos no se repitan, emprendiendo un nuevo camino. Hay un conflicto real, con unas raíces muy profundas.
El abogado sudafricano Brian Currin, con veinte años de experiencia en mediación de conflictos particularmente espinosos (Irlanda del Norte, Turquía, Liberia, Madagascar, Palestina), aporta el punto de vista de la sensatez y la razón: “ETA no es el tema central –afirma en una entrevista con John Carlin (“El País”, 25-IX-2001)–. El tema central es que hay mucha gente en el País Vasco cuyas aspiraciones están en conflicto con la Constitución española. De hecho, muchos creen que les fue impuesta. No se puede simplificar hablando de buenos y malos. Estamos hablando de sentimientos que tiene un peso político real. Esto es lo que hay que tratar de resolver a través de un proceso de paz, o de negociación o de diálogo, o llámelo lo que uno quiera”.
Gladys del Estal fue una víctima inocente de la Guardia Civil, un cuerpo que debería haberse disuelto durante la transición, si realmente hubiera existido un propósito sincero de cambio y no un simple continuismo orquestado por la oligarquía franquista. Creo que cada caso de torturas prolonga la muerte de Gladys del Estal, alimentando sentimientos de indignación, rabia y encono. No hay ninguna razón democrática para negar a los pueblos del Estado español el derecho a escoger libremente su futuro.
La verdadera “regeneración democrática” (una muletilla agitada últimamente por la derecha ultraliberal) debería consistir en reconocer que la historia del Estado español, lejos de ser ejemplar, está manchada por el genocidio y la tortura. Durante cuatro décadas, el franquismo intentó exterminar a la izquierda y a los independentistas. Sólo en la posguerra, se asesinó a más de 300.000 personas: 192.000 después de farsas judiciales; 113.000, sin juicio y, de hecho, sus restos aún se encuentran repartidos en más de mil fosas clandestinas. Algunos historiadores sostienen que Rodolfo Martín Villa se encargó personalmente de destruir miles de pruebas.
Martín Villa saludando al modo fascista (con gafas)
Está claro que sólo se podrá hablar de paz y reconciliación, cuando se lleve a cabo una reparación real y desaparezcan de una vez por todas los símbolos más odiosos del franquismo. Desde luego, destinar 237 millones de euros para sufragar la rehabilitación del Valle de los Caídos significa apostar por la humillación de las víctimas de la dictadura. No menosprecio el sufrimiento de nadie, pero creo que no todas las víctimas son iguales en dignidad y derechos. Sería moralmente intolerable colocar al mismo nivel la muerte de Melitón Manzanas, brutal torturador al que el gobierno de Aznar honró con la Medalla de Oro al Mérito Civil, y el asesinato de Gladys del Estal, ecologista, joven, idealista, valiente y comprometida.
El precio de la paz nunca puede ser el agravio a la verdad y, a diferencia del sádico comisario Manzanas, Gladys se merece nuestro recuerdo emocionado. Tudela le dedicó una calle y en Donostia llaman “Gladys Enea” al Parque Cristina Enea, situado en el barrio de Egia. Las instituciones raramente hacen justicia, pero los pueblos no olvidan a sus héroes y a sus mártires. Creo que Gladys habría agradecido este homenaje popular, con esa sonrisa que aún nos emociona al contemplar su retrato.
Tomado de Lo Que Somos
Blog del autor: Rafael Narbona

dissabte, 8 de juny del 2013

Opinión
Coral Bravo

Coral Bravo
Retazos
Mafia y picaresca
“Nos gobierna la mafia” era la portada del pasado enero de la revista El Jueves. Y es que
seguir la actualidad política en este país se está convirtiendo en una verdadera escuela de picaresca y criminología. Los titulares que nos regala la actualidad, día a día, nos informan sobre ruindades y fechorías mil; cualquier cosa imaginable que no sean actuaciones concretas por parte del Estado destinadas al bien común y democrático. Esto último, con el actual gobierno, parece que pasó a la historia.
Cualquiera que pretenda volverse experto en las técnicas y artes mafiosas no tiene más que seguir la actualidad política y social en España. Aprenderá a mentir, a engañar, a hacer donaciones millonarias al clero mientras empobrece a marchas forzadas a los ciudadanos, a crear redes corruptas, supuestas financiaciones fraudulentas e ilegales, a fundar asociaciones satélites para camuflar subvenciones, a inventar mil modos y maneras de estafar el dinero público, a vivir en el lujo disparatado a cargo del dinero ajeno, a recibir regalos millonarios de tramas de guante blanco, a choricear a diestro y siniestro en nombre de la divinidad o de la supuesta realeza, a abrir cuentas millonarias en paraísos fiscales, a pagar comuniones a destajo sin soltar un duro, a tener en el garaje coches de superlujo fantasmas, a construir aeropuertos fantasmas, valga la redundancia; a mover cuentas de dinero negro controladas por tesoreros con aspecto de amigo íntimo de Al Capone; me refiero, como todos intuirán, al ex tesorero del PP, quien, por cierto, llegó a ingresar en Suiza 3,8 millones de euros en efectivo; a recibir y entregar comisiones a destajo a cambio de favores, a mantener en el poder a gobiernos que no hay por donde coger si no es con pinzas esterilizadas (y con mascarilla)…
¡¡Eso sí!! La moral, lo primero; como manda el patriotismo, la religión y la tradición. Y en nombre de esa su moral, a empobrecer y conducir hacia la desesperación a los ciudadanos. A dejarles sin trabajo. A robarles el futuro. A hacer que se suiciden porque pierden sus casas, a hacer que enfermen y mueran los que son inmigrantes, o pobres, o parados, porque la sanidad ha dejado de ser universal y está siendo desmantelada. Total, la salud que importa es la de los ricos, y esos ya tienen la privada, un gran negocio. Además, siempre pueden acudir al rezo, la mejor terapia de relajación para las mentes desquiciadas.
Y a dejarnos de tanta educación pública y tanta pamplina, que la buena es la religiosa, la que idiotiza y adoctrina, y a ésa hay que subvencionarla con el dinero de todos, que es la que formará a los futuros adeptos acríticos al sistema neoliberal. Y a meter religión en lugar de filosofía en la pública, que los filósofos no son de fiar. Y a comer yogures caducados, y a ducharse con agua fría, que hay que ahorrar energía. ¿Y ese despilfarro de las ambulancias y el agua gratis a los enfermos? Y los niños, al cole con las tarteras ¿a dónde iríamos a llegar? Y las pensiones, a revisarlas, que importa un pimiento que el 12% de los pensionistas no puedan ni costear sus medicinas ¿Qué es eso de pagar dinero a enfermos, a discapacitados, a pensionistas, que no rinden y no nos aumentan los ingresos de las arcas públicas? Casi mejor que se mueran, y no sean una carga para el país ¡Con lo caros que están el Moët & Chandon, los yates y el caviar iraní!
¿Y la cultura? Ah ¡la cultura! Esas mandangas del cine, del teatro, de la música, de la literatura, del arte…; eso es cosa de cómicos y titiriteros. A subirles el IVA y a dejarles sin subvenciones, y a cerrar cines y teatros, que el cine y el teatro no dan dinero; que, además, la gente que piensa mucho sólo da problemas y lo cuestiona todo, y hasta se vuelven ciegos o tontos, que ya nos lo decían los curas y los maestros nacional católicos. Pensar, lo justo, que hay que ahorrar en sanidad. Cultura son los toros; eso sí es cultura, y arte. Donde se ponga una buena estocada bien sangrante, cuanta más sangre mejor, en el lomo de un buen miura que se quiten esas milongas de Kafkas, Byrons, Baudelaires o Dostoievkys.
España, como dios manda, y volverá a ser la que era, la España cañí anhelada y patria. La España de mantilla y sacristía. La España devota de Frascuelo y de María.
Así las cosas, parece haber resucitado en todo su esplendor la picaresca del XVII. La diferencia es que aquellos pícaros de hace cuatro siglos luchaban por sobrevivir a la miseria. Los de ahora no ven fin a su ambición a costa de la miseria ajena.

¡Ay, si Quevedo levantara la cabeza!

Coral Bravo es Doctora en Filología

«Politizar la causa de los crímenes del franquismo destruye todas las opciones»

Ana Messuti Abogada de la querella argentina contra la dictadura en España


 

A sus 66 años, Ana Messuti lleva tres de trabajo voluntario como una de los ocho abogados que llevan la querella de los crímenes de la dictadura franquista, en un procedimiento en instrucción en un juzgado de Buenos Aires (Argentina). Hoy, a partir de las 19.30 horas, imparte una conferencia en la Residencia Universitaria Alberto Colao de Cartagena sobre este tema, invitada por la Asociación de Memoria Histórica.
-¿Qué intentará transmitir durante su intervención?
- Queremos dar a conocer a todos los que puedan estar en esta tesitura cuáles son los cauces que pueden utilizar para denunciar lo que les ocurrió a ellos o a sus parientes durante aquella dictadura. Pero no somos quienes para animar a nadie a hacerlo. Solo informamos.
-¿Cómo decidió implicarse en este caso?
-Yo salí de Argentina en 1976 por causa de la dictadura de Videla. Me fui por motivos políticos. A partir de ahí he trabajado en muchos sitios. Estuve en Roma, luego en Austria donde trabajé para las Naciones Unidas. Y luego en Ginebra hasta mi jubilación. En 2008, cuando hacía mi tesis doctoral en Salamanca sobre Derecho Penal Internacional, contactaron conmigo seis colegas de Argentina para proponerme que les ayudara con la querella desde España. Somos un equipo de ocho de los que dos trabajamos desde España.
-¿En qué fallo la causa que inició Baltasar Garzón por este mismo tema en España?
-En que aquí el procedimiento de aplicación de las leyes internacionales sobre crímenes de guerra no es automático. Los tratados los tienen que ratificar las Cortes, que pueden además intervenir, en la modificación sobre la forma en la que se contemplan. Además, está la Ley de Amnistía, que es bastante ambigua y se ha interpretado de forma muy poco favorable a este tipo de casos.
-¿Usted qué haría con esa ley?
-Eliminarla, precisamente por lo fácil que es interpretarla de manera tan restrictiva que impide la apertura de cualquier procedimiento penal de este tipo.
-¿Puede ser diferente en Argentina?
- Sí, porque allí ya se ha pasado por esto. Cuando falló la investigación de Baltasar Garzón, allí estábamos todavía con los procesos judiciales que ya habían superado las leyes de amnistía cuando nos llegó la primera querella de España. Era la de un tal Darío Rivas, un señor muy mayor que quería saber qué le pasó a su padre que fue alcalde republicano de Castro do Rei (Lugo). Ante las dificultades de recurrir a la justicia española vio la opción de hacerlo en Argentina, donde ya se había abierto la puerta a la investigación de los crímenes de lesa humanidad y genocidio sin restricciones
-¿Qué le parece la figura de Baltasar Garzón?
- En Argentina se le admira mucho, entre otras cosas porque fue a raíz de sus interrogatorios al militar Adolfo Schilingo que se desbloqueó la investigación de lo sucedido bajo la dictadura de Videla.
-Aquí se le reprocha que cometió errores de procedimiento y se llegó a creer por encima del bien y del mal
-Sobre eso prefiero no opinar, porque desconozco las circunstancias.
-¿Cuántas personas han recurrido ya a ustedes?
-Alrededor de 150. De ellas hay doce para las que hemos pedido ya que presten testimonio. Son pocas, porque hay varias decenas de miles que están en esta situación. Pero es un comienzo.
-¿Han tenido ustedes problemas con instancias jurídicas o políticas para llevar adelante el caso?
-Hay una resistencia clara. Las contestaciones de la Fiscalía General del Estado a los exhortos realizados por el juzgado, dan a entender que no ha lugar a que sigamos con nuestra investigación. Nos dicen que ya se está llevando a cabo una en España. Pero eso no es así. Además, el embajador argentino en España ha recibido comunicaciones de los servicios del Ministerio de Exteriores en términos parecidos
-Aquí en España la utilización política de esta cuestión acabó por contaminar la investigación judicial. ¿Cree usted posible abastecerse de ello?
-No. La politización de una causa judicial siempre destruye las opciones de llevarla a buen término. Mucho más si se trata de este tipo de causa. Nosotros rechazamos eso y nos limitamos al aspecto técnico. Esperemos que no haya ese tipo de problemas con la que impulsamos nosotros.

Tutera: Homenaje a Gladys del Estal en el aniversario de su asesinato a manos de la Guardia Civil

Animan a "seguir con la lucha" como mejor homenaje a Gladys Del Estal.




Gladys del Estal tenía 20 años cuando en el año 1976, junto a otras compañeras, constituyó en Donosti el Grupo Ecologista de Eguía-Egiako Ekologista Taldea. Siempre fue una ecologista, pero desde siempre tuvo claro que había que organizarse para ser más eficaz que trabajando en solitario. Y eso que ella era muy solitaria y reflexiva.

Gladys era una enamorada de la vida. Trabajaba en una tienda de ropa, en la Avenida de San Sebastián, manteniendo los sistemas técnicos de la tienda: bases de datos, facturas… pero su gran ilusión era empezar a estudiar Biológicas.
Con ella, sus compañeros fueron descubriendo el significado de "emisiones de CO2", "gases de efecto invernadero" y el significado de "calentamiento global" en fecha tan temprana como 1977.

Fue una militante muy activa, que viajaba de pueblo en pueblo ayudando a crear comités antinucleares , con el objetivo de tener una costa vasca libre de nucleares. Gladys estaba absolutamente dispuesta a estudiar y a trabajar para que se antepusieran valores de equidad y respeto a la vida y al interés común, de respeto a la Naturaleza y a las personas, frente a los intereses particulares de rentabilidad de las eléctricas y sus centrales nucleares.

El día 3 de junio de 1979, en Tudela se había convocado una jornada reivindicativa y festiva, antinuclear y contra el polígono de tiro de las Bardenas, a la que acudieron Gladys y sus compañeros, y tras las cargas policiales que se produjeron el el paseo del Prao, se llevó a cabo una sentada pacífica para protestar. Fue allí donde un número de la guardia civil disparó a Gladys a bocajarro provocándole la muerte, arrebatándole la vida que con tanta energía defendía.

"El mejor homenaje que podemos ofrecerle a Gladys hoy es continúar la lucha. Las agresiones a nuestra tierra siguen siendo cada vez más sangrantes. El polígono de tiro de las Bardenas, las térmicas de Castejón, los monstruosos molinos de viento, el tren de alta velocidad, el pantano de Yesa, Garoña, y el ahora el Fracking, que proyectan realizar en el Ebro amenazan nuestra tierra. Nosotrxs también compartimos las ideas de Gladys, la defensa de la naturaleza, de nuestra tierra y la creencia de que sólo a través de la respuesta organizada, se puede hacer frente a este tipo de barbarie. Explicar y denunciar la devastación y destrucción que implican estos mega proyectos enérgéticos es sólo el primer paso en esta lucha, aunar fuerzas y aprender a digirlas sin desgastarnos, para hacerle frente al poder económico que las impone, es nuestra obligación", afirmaron ayer los y las convocantes del homenaje a Gladys

divendres, 7 de juny del 2013


LA BIBLIA DESENTERRADA


Israel Finkelstein es un arqueólogo y académico israelita, director del instituto de arqueología de la universidad de Universidad de Tel Aviv y co-responsable de las excavaciones en Mejido (25 estratos arqueológicos, 7000 años de historia) al norte de Israel. Se le debe igualmente importantes contribuciones a los recientes datos arqueológicos sobre los primeros israelitas en tierra de Palestina (excavaciones de 1990) utilizando un método que utiliza la estadística ( exploración de toda la superficie a gran escala de la cual se extraen todas las signos de vida, luego se data y se cartografía por fecha) que permitió el descubrimiento de la sedentarización de los primeros israelitas sobre las altas tierras de Cisjordania.

Finkelstein y Neil Asher Silbermann (director histórico de el centro Ename de Bruxelas por la arqueología y la herencia publica) son los autores de Best Seller "La Biblia Desenterrada: una nueva visión arqueológica del antiguo Israel y de los orígenes de sus textos sagrados" y de "David y Salomón: en busca de los reyes sagrados de la Biblia y de las raíces de la tradición occidental"

Es este un libro importante y de fácil lectura, así como el siguiente sobre David y Salomón. Los autores con los métodos científicos que utiliza hoy día la arqueología, ponen de manifiesto que lo que se cuenta en la Biblia nada tiene que ver con la realidad histórica.
Nunca se encontraron rastros de la existencia de Moisés y el éxodo no es mas que una invención seguramente apoyada en las batallas de tribus nómadas buscando territorio. Ninguna prueba tampoco de la existencia de los reinos de David y Salomón, que debieron ser unos reyezuelos sin gran importancia en el contexto histórico de la época.

La Biblia, como los autores explican, fue creada por Josias hacia el -600, para reunir los reinos de Israel y Juda y apoyándose en el nacionalismo declarar una guerra que al fin perdieron.

Es un libro que es necesario conocer, las mentiras en que se basa el Antiguo testamento son las mismas que aparecen en el nuevo, también los evangelios son mitos y leyendas, no hay que olvidar que estos sucesos inventados ha servido y sirven ahora para oprimirnos en nombre de un dios inventado y para los judíos constituyen el pretexto del genocidio contra los palestinos, es mejor saber el porque de tanto fanatismo.
Buena lectura, también ofrecemos cuatro documentales presentados por los autores.

Los obispos y sus conspiranoias

En fin, una conspiranoia que sólo puede creer quien busque la complacencia en su insensatez y lleve su paranoia hasta las últimas consecuencias.


Autor: Rafael García Almazán.
Llegaron ya. Ya están de nuevo aquí. Hacía apenas días que no se hablaba de ellos. Pero ellos son así. Amigos del Apocalipsis, reyes del fin de mundo, mete-miedos irracionales, casposos del desastre.
Sí, hablo de los obispos españoles. De la mayoría de ellos. Y es que hay muy pocos que se libran. Yo no conozco ninguno. Para muestra basta lo último de los susodichos.
Antes fue Rouco con su proyecto nacional-católico con tres patas (aborto, matrimonio homosexual, religión en la escuela). Hoy le siguen sus secuaces que, aunque parezca mentira, no son menos cavernarios ni dogmáticos que su jefe.
Ahora les da por inventar conspiranoias. Son así. Todos contra ellos. El mundo contra la Iglesia. Con el complejo de los primeros cristianos en la antigua Roma, piensan que el mundo va contra sus teorías, contra ellos y les persigue. Y si no, ¿cómo se puede pensar que el aborto es un arma de la izquierda para acabar con los pobres? Absolutamente irracional. En primer lugar, porque quien pueda defender esto es simplemente un enfermo, incapaz de ver la realidad.
Pero eso que dijo el obispo Munilla es de aficionados comparado con lo que mantiene el obispo Reig Plà. Este individuo --conocido por sus declaraciones temerarias, totalitarias e irracionales— ha batido el récord con su última intervención. Imposible de compartir salvo por extremistas dementes. Y es que ha dicho que en el mundo hay un complot internacional para hacer disminuir la población mundial, de ahí que se defienda el aborto. Y en este complot intervienen según este personaje, la ONU, la UNESCO, el Banco Mundial, el Parlamento Europeo, los sindicatos, los partidos políticos, las ONG y el sursuncorda.
Como pueden apreciar un complot de todos contra la Iglesia. Justo esa Iglesia que todavía, en España, recibe la apreciable cantidad de unos 11.000 millones de euros del Estado, o sea de los ciudadanos, aunque este Estado se defina en la Constitución como aconfesional. Ya lo ven, todos contra la Iglesia, ahora, eso sí, pagándole sus gastos.
Parece mentira que un tipo que debería tener una cierta formación como es un obispo, llegue a estar tan ofuscado por sus creencias que piense que algo así se pueda producir recordemos que entre otras joyas, el buen señor es también el autor de una guía para curar la homosexualidad--. Y es que son verdaderos hooligans de la sinrazón, forofos de la estulticia, trogloditas irracionales y amantes del poder terrenal, por mucho que intenten disimularlo.
En fin, una conspiranoia que sólo puede creer quien busque la complacencia en su insensatez y lleve su paranoia hasta las últimas consecuencias.
Rouco caricatura


Rouco caricatura



OBISPOS Y CONSPIRACIONES

EXORCISMOS, LA II REPÚBLICA LOS PROHIBIÓ

La II República prohibió los exorcismos que ahora Rouco quiere reavivar


20110527143310exorcistaLas nuevas autoridades republicanas prohibieron los ritos y exorcismos oscurantistas


LUIS DÍEZ | 27 DE MAYO DE 2013
Al grito de “¡Aquí no pasa ni Dios!”, unos guardias civiles impidieron, fusil en mano, la entrada de las caspolinas al pasadizo rocoso donde realizaban su trabajo. Las caspolinas eran unas ancianas supuestamente dotadas de poderes espirituales que practicaban exorcismos y expulsaban los demonios de los cuerpos de los poseídos. Les llamaban así, caspolinas, porque las más acreditadas procedían de la comarca levantina de Caspe. En los primeros días de septiembre de cada año se desplazaban a un paraje recóndito de la comarca de Ports de Morella y ocupaban unas cuevas rocosas existentes cerca del Santuario de Nuestra Señora de Balma, en la localidad de Sorita.
Hasta allí llegaban en todo tipo de vehículos de tracción animal, mecánica y a pie, cientos de familias de las comarcas catalanas, valencianas, aragonesas y, en menor número, de otros sitios de la península, con sus locos –disminuidos psíquicos–, sus rameras, sus “desviados sexuales” –según la terminología de la época– y sus extraviados por los caminos del vicio para que las caspolinas los exorcizaran, les expulsaran los demonios y los sanaran. La concentración de personal era elevada y se prolongaba entre tres días y tres noches y una semana. Todo ello se disfrazaba con el nombre de “romería” al Santuario de Balma.
La posesión demoníaca –el más oscuro y lamentable producto de las creencias doctrinarias católicas– atrajo al periodista Alardo Prats Beltrán, quien documentó y escribió un libro-reportaje sobre lo que allí estaba pasando. Tituló el relato: Tres días con los endemoniados y lo subtituló: La España desconocida y tenebrosa. Ni que decir tiene que aquel “nuevo periodismo” tuvo un impacto extraordinario y obtuvo los elogios de los colegas y los críticos del momento, incluido el “accidentalista” José Martínez Ruiz, Azorín. Un año después, los españoles votaron por la II República, y las nuevas autoridades republicanas prohibieron los ritos y exorcismos oscurantistas y acabaron con aquella triste demostración del atraso cultural y científico de España. Ya es sabido que la alfabetización, la enseñanza y el desarrollo científico y cultural fue uno de los grandes objetivos de la República.
Como tantas otras personas de valía, el periodista Prats Beltrán, reportero incansable, se exilió a México, donde desempeñó su labor en los rotativos Excelsior, Últimas Noticias, Hoy, y ejerció de corresponsal para varios periódicos de Cuba, Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Su libro sobre los endemoniados fue reeditado en 1999 por Alta Fulla (Barcelona), con prólogo de Álvar Monferrer i Monfort, un dato que puede enriquecer la bibliografía de los ocho sacerdotes designados exorcistas por el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y que están siguiendo un curso de formación acelerada bajo la dirección del obispo auxiliar César Franco.
El cronista recordó el libro de Prats Beltrán al escuchar por radio, camino de Santo Domingo de Silos, la noticia de que el cardenal Rouco quiere tener un exorcista luciferino en cada vicaría de su diócesis, debido a la avalancha de endemoniados o poseídos por el maligno de la que ha sido convenientemente informado. Aparte las influencias sectarias (también de la propia Iglesia Católica), de las drogas, de los vicios y ludopatías presentes y venideras con el establecimiento de Eurovegas y de las afecciones psíquicas en crecimiento por culpa del paro y la crisis prolongada por los “refundadores” del capitalismo, no se alcanza a las racionales mentes en pleno siglo XXI –siglo del byte y de la mundialización del conocimiento– cómo es posible que la jerarquía católica española siga alimentando el poder de Satanás. ¿Con qué fines? ¿Para satanizar qué y a quién?
Luego ya, en día de mucho revuelo por la visita de Umberto Eco al monasterio del que extrajo la inspiración para su novela El nombre de la rosa, el cronista pudo fijar su atención en el artesonado del claustro y descubrir al maligno que plasmó en el siglo XIV el anónimo artista mudéjar. Y sin olvidar al expresidente de gobierno José María Aznar,  personaje belicoso y fanfarrón, que acostumbraba a pasar bajo esta diabólica alegoría cada año, antes de iniciar el curso político, el observador cayó en la tentación de elucubrar sobre los beneficios que a la clerecía habrá aportado el malvado Lucifer, solamente por encubrir y justificar el daño que a los ciudadanos más humildes, a los trabajadores y a los que menos posibilidades tienen de progresar están infligiendo los poderosos y atribuírselo a él, al maldito Mefistóteles y su corte infernal.
 
http://www.cuartopoder.es/laespumadeldia/2013/05/27/la-ii-republica-prohibio-los-exorcismos-que-ahora-rouco-quiere-potenciar/